miércoles, 31 de mayo de 2006

Los Totenwackers



Ayer visité el rodaje de Los Totenwackers. Además, pude ver el premontaje de varias escenas. Y lo que vi me gustó. Pero, aunque se parece a ella, no es exactamente la película que Antonio Trashorras y yo comenzamos a escribir hace unos años con el título Santa Ana 17. Supongo que es algo por lo que pasan todos los guionistas. Esa sensación de extrañeza ante la materialización de una historia que has escrito tú y que aún así ya no puedes sentir como tuya. No tener ninguna manera de controlar que, una vez rodada, tu historia siga siendo eso… “tu” historia, es una de las cosas que más cuesta asimilar de este trabajo. Al final, las reescrituras de última hora, que suele llevar a cabo el director en solitario, son las únicas que realmente cuentan. Da igual que te hayas pasado años rescribiendo el guión, intentando mejorarlo y obsesionándote por los detalles más nimios (que importan, y mucho), porque en menos de unas semanas caen personajes y se añaden otros, se suprimen tramas y se comprimen otras, dando forma al verdadero guión de rodaje, a la verdadera película.