viernes, 29 de junio de 2007

Un sabio

“Mi experiencia vital me ha enseñado que las posibilidades de ser feliz aumentan si acabas dedicándote a algo que sea un reflejo de lo que más te gustaba cuando tenías nueve o diez años”.

Del libro El arte del montaje. Una conversación entre Walter Murch y Michael Ondaatje (Plot ediciones,2007).

miércoles, 27 de junio de 2007

Rodando Intrusos (2)




Rodando Intrusos (1)






Que curioso. Resulta que un momento tan importante en Star Wars como la muerte de Obi Wan Kenobi fue una decisión tomada en pleno rodaje por George Lucas cuando, al darse cuenta de que Kenobi no tenía nada que hacer tras la huída de la Estrella de la Muerte, decidió quitárselo de en medio improvisando un nuevo final para su enfrentamiento con Darth Vader. De anécdotas así está lleno este libro, que ya comenté aquí hace unos meses. Por Ej. aunque cueste creerlo, al principio Darth Vader se llamaba… Dark Water. Ejem… Es increíble todo lo que tuvo que modificar Lucas del guión durante la filmación de la película, ya fuera por problemas técnicos o presupuestarios. Así no extraña que la saga (especialmente la continuidad entre la primera y la segunda parte) tenga tantos agujeros de lógica. Pero la verdad es que muchos rodajes, sino la mayoría, son así. Nunca se trata únicamente de trasladar a imagen literalmente lo que está escrito en el papel.

Precisamente esta semana yo he ido un par de veces al rodaje de la última película que he escrito, Intrusos, y como me pasa siempre, por un lado hay muchas cosas que son exactamente tal y como las había imaginado y otras que se parecen muy poco. Lo que en realidad no es ni malo ni bueno. La forma final de las películas viene determinada no sólo por las decisiones que toman el guionista y el director, sino por el trabajo de todos los profesionales que acuden al plató cada día. Y también, aunque fastidie, a veces tener un día de lluvia en vez de uno de sol puede acabar provocando más cambios a última hora en el guión que todas las reuniones de desarrollo previas. Porque aunque seas James Cameron, es imposible anticipar todas las dificultades con las que te acabas encontrando. Y en el caso de Intrusos las dificultades han sido muchas. Por Ej., se decidió rodar en un pueblo de Guadalajara en el mes de Junio pensando que haría buen tiempo, pero, además de que hizo un frío tremendo, no paró de llover. Encima, la mayor parte de las jornadas de rodaje fueron nocturnas. Una de las actrices me contaba que para poder soportar el frío y la humedad, al final optó por envolverse los pies en plástico. También hay que tener en cuenta que es una película muy ambiciosa para el modesto presupuesto que tiene. Solo gracias al esfuerzo extra que está poniendo todo el equipo se han conseguido rodar casi todos los planos que tenía previsto el director, Juan Carlos Claver. Seguro que están todos deseando que acabe el rodaje esta semana para poder descansar en condiciones.

domingo, 24 de junio de 2007

Una buena película


Ya sabéis que no acostumbro a hablar de los estrenos de cada semana. Y no es que no me interese nunca ninguna de las películas que veo, porque siempre hay cosas que merece la pena comentar (aunque en ocasiones sea para mal), pero es que si de algo estoy convencido a estas alturas es de que no tengo alma de crítico. A veces me apetece comentar aspectos muy específicos de una película –o de una novela, como hice con la de Joe Hill-, pero nunca escribir un texto que realmente pudiera ser considerada una crítica, desmenuzando la obra, contextualizándola, valorándola en su globalidad, etc. Pero por una vez, voy a hacer una excepción. Bueno, más o menos, porque tampoco voy a escribir una crítica de Ladrones, sino a recomendarla directamente. Acabo de salir del cine de verla y la he disfrutado mucho. Estos días se ha comentado mucho en la prensa el trabajo de los dos actores protagonistas, Juan José Ballesta y María Valverde. Y sí, están bien, pero sí algo demuestra esta película es que su director y coguionista, Jaime Marques, además de tener mucho talento, sabe muy bien lo que hace. Da gusto ver una película que tiene tan claro lo que quiere ser y que no lo pierde de vista en ningún momento. Como siempre, hay mucho de subjetivo en la manera que recibimos cualquier obra, y si Ladrones me ha gustado tanto es porque es un tipo de cine que me toca especialmente. Por todo, la fotografía (con esa textura rugosa tan presente en todos los planos), la planificación, el uso de la música… ese toque “arty” y estilizado que tiene sin llegar a perder de vista del todo la realidad… Y por si alguno lo está pensando, no soy amigo de Jaime Marques. Le conozco, y si nos cruzamos por la calle nos paramos y charlamos unos segundos, pero nada más. ¡Tampoco trabajo para ninguno de los productores de la película! De veras que es una recomendación sincera.

jueves, 21 de junio de 2007

Hacia rutas salvajes


Into the Wild cuenta la historia de Christopher McCandless, un chaval de veintitantos años obsesionado con Jack London y sus relatos de supervivencia al límite ambientados en Alaska, que en 1992 decidió imitar a sus héroes literarios pasando varios meses solo en el bosque, alimentándose únicamente de lo que pudiera cazar y recolectar. Desgraciadamente, la mala suerte y un exceso de confianza en si mismo acabaron costándole la vida. Se trata de un relato fascinante, que además el autor del libro, el periodista y escalador Jon Krakauer, narra muy bien.

A mi este tipo de personajes siempre me han atraído especialmente. ¿Qué es lo que hace que alguien decida ponerse a prueba de esa manera? ¿Qué busca encontrar? O quizá, ¿de qué quiere escapar?Lo que más me llama la atención es que la historia de McCandless no es tan excepcional como podría parecer. En su libro, Krakauer habla de otros muchos aventureros que encontraron la muerte en Alaska en circunstancias muy parecidas a la suya. Y no son uno ni dos. Y eso que, dado que Into the Wild se editó siete años antes de su fallecimiento, Krakauer no habla de quien es ahora sin duda el más famoso de todos ellos: Timothy Treadwell, el protagonista del magnífico documental de Werner Herzog Grizzly Man.

Leer sobre ellos siempre me genera emociones contradictorias. Uno no sabe si admirar a estos locos heroicos que deciden cambiar radicalmente de vida y convertirse a base de valor y determinación en aquello que siempre soñaron ser, o si compadecerlos, a ellos y a sus familias, que son quienes al final tienen que vivir con su perdida.

Si no leéis inglés, el libro fue editado en castellano por Ediciones B en el año 1998 con el título Hacia rutas salvajes, y yo juraría que alguna vez lo he visto saldado por 6 o 7 euros.

Y ahora que lo pienso, Sordo, el álbum de cómic en el que estoy trabajando con Rayco Pulido, en cierta manera lo que cuenta es la historia de alguien que acaba protagonizando una aventura parecida a la de McCandless, solo que sin querer, obligado por las circunstancias.

miércoles, 20 de junio de 2007

Sordo


Una página de bocetos de Rayco Pulido. Son para el proyecto en el que estamos trabajando en estos momentos, un álbum en blanco y negro (del que ya he hablado antes aquí), llamado Sordo. Bueno, en realidad llevamos dándole vueltas a lo mejor casi un año, pero hasta hace muy poco no pude ponerme a terminar el guión.

jueves, 14 de junio de 2007

Spoiler

Voy a ampliar lo que comentaba sobre El traje del muerto (y, si queréis comprar el libro, absteneros de seguir leyendo, porque destriparé el argumento):

El punto de partida de la novela es el siguiente: Judas Coyne, una multimillonaria y veterana estrella del rock ya retirada (una especie de cruce entre Ozzy Osbourne e Iggy Pop con un toque de Marilyn Manson), que colecciona objetos relacionados con el esoterismo y el mundo de lo paranormal, compra un fantasma tras responder una oferta que su secretario recibe por mail. A los pocos días, Judas recibe una caja en forma de corazón con el traje que vistió el fantasma al morir. Según el vendedor, allí donde está el traje se aparece el espíritu del muerto. A las pocas horas, el sorprendidísimo Judas (que ha comprado el traje por pura excentricidad) descubre que el fantasma es real y que no ha entrado en su vida por casualidad. Porque el espectro es el padrastro de Marybeth, una antigua amante suya, 30 años más joven que él y algo desequilibrada, que se suicidó después de que Judas la mandara de vuelta con su familia. La caja con el traje la ha mandado la hermana de Marybeth con la intención de que el fantasma venge su muerte.

A mi esto me pareció muy interesante como punto de partida. Judas es un capullo, y, aunque probablemente no se merece un castigo como el que le tiene preparado el fantasma, no puede decirse de él que sea precisamente un inocente.

Pero más o menos en la página doscientos cincuenta y tantas, Hill nos sorprende con la siguiente información: Marybeth no se suicidó, sino que fue asesinada por su padrastro. ¿Por qué? Pues porque el padrastro, que ya abusó sexualmente de ella cuando era niña, está haciendo ahora lo mismo con su sobrina y la chica (extrañamente envalentonada tras haber pasado unos meses con el más bien pasotil Judas) quería denunciarle. Y lo peor es que su hermana lo sabe y lo consiente.

Pero… ehhh… a ver.. ¿con Marybeth muerta, por qué la hermana y el padastro quieren matar a Judas?

Judas no sabe nada sobre los abusos sexuales que ha sufrido la chica, y, lo que es más, no ha vuelto a preocuparse con ella desde que la echó de su casa. En realidad, ni siquiera sabe que ha muerto hasta que se lo cuenta el fantasma. O sea, Judas no es ni de lejos una amenaza para ellos, con lo que… ¿por qué intentar llevar a cabo una venganza que para lo único que puede valer es para llamar la atención sobre lo que ha ocurrido?

Obviamente, este giro tiene dos objetivos: por un lado, reanimar una trama cuyo desarrollo se ha estancado, y por otro, convertir a Judas en un personaje más positivo de lo que parecía al principio. Al fin y al cabo, si su ejemplo ha servido para que la chica se decidiera a intentar denunciar una situación así, Judas no puede ser tan malo.

Pero a mi lo que me molesta no es sólo eso (que Hill acabe llevando su novela por caminos muchos más convencionales y aburridos de los que cabía esperar tras leer las primeras 100 páginas), sino algo mucho más sencillo: que como por desgracia pasa tantas veces, los “malos” se comporten como idiotas y decidan llevar a cabo un plan que, de fracasar, conseguirá que ocurra lo que más temen: que aquello que llevan ocultando durante décadas salga por fin a la luz. Porque además no están intentando matar a un don nadie, sino a una celebridad. Salga o no bien el plan, los malos tienen más que perder que ganar. De hecho, como podéis suponeros, eso mismo es lo que pasa al final del libro. Y esto todavía podría justificarse de la manera en que se intenta en la novela (es una venganza, “¡le enseñó a nuestra niña a pensar de forma independiente y ahora debe morir!”, o algo así), si lo que ocurre fuera resultado de un calentón, o el plan absurdo de dos psicópatas, pero tanto la hermana como el padrastro pretenden ser dos villanos fríos y calculadores, capaces de elaborar un plan tan retorcido como el de la caja y el muerto.

Luego, Hill se enreda (o más bien se empantana) en una serie de flashbacks que intentan justificar el cambio de rumbo de la historia, reinventando además cada pocas páginas las reglas que rigen el comportamiento de los fantasmas de la novela. Todo ocurre más bien porque sí. La sensación es la de estar ante un escritor en apuros, que sabe que quiere llegar a los puntos A y D sin haber pensado muy bien dónde estaban B y C antes de ponerse a escribir. Es una pena, pero al final El traje del muerto acaba pareciendo un primer borrador, interesante, con buenas ideas, pero todavía con mucho trabajo por delante.

Lo bueno es que cuando Neil Jordan dirija la película, solo puede mejorarlo…

¿Y por qué me parecía importante esto de cara a concebir otras historias?

Pues por algo muy sencillo: nunca hay que olvidar que para que una historia funcione, los objetivos del antagonista tienen que tener tanto sentido como los del protagonista. Los “malos” no pueden ser idiotas (excepto en algunas comedias). Había alguien que decía -y ahora mismo no recuerdo quién- que el héroe es mucho más héroe cuanto más inteligentes y poderosos son aquellos que se oponen a él. Y tenía bastante razón.

Hay demasiadas historias (y no precisamente con vocación “pulp”) en las que los planes de los antagonistas rozan el ridículo, como si de pronto se hubieran convertido en villanos de película de superhéroes, en Lex Luthors o Magnetos empeñados en poner en marcha planes que de salir bien acabarán destruyendo el mundo que supuestamente quieren dominar.

Estoy seguro de que si el “malo” de El traje del muerto hubiera sido sólo un poquito más inteligente, no me habría costado tanto leer las últimas 100 páginas.

martes, 12 de junio de 2007

Rectifico

Hace un par de días escribí aquí un comentario positivo sobre El traje del muerto, la primera novela de Joe Hill. Pero entonces sólo llevaba leídas 100 páginas. Ahora que estoy a punto de terminarla, me siento obligado a rectificar, no sea que alguien la compre después de leer aquella entrada y acabe cagándose en mí y en toda mi familia por haberse fiado de mi opinión. Porque tras las primeras 100 páginas, el libro se hunde. El desarrollo de la historia es, además de incoherente, tirando a aburridote. A ver si un día de estos tengo tiempo y lo explico con más detalle, porque de las decisiones que toma Hill al llegar más o menos a la mitad de su novela (y que a mi me han hecho perder totalmente el interés por lo que pueda venir a continuación; reconozco que me va a costar acabarla), se pueden extraer algunas conclusiones bastante interesantes, especialmente para todos aquellos que nos ganamos la vida contando historias.

lunes, 11 de junio de 2007

Máster o no Máster

Como recibo muchos mensajes preguntándome si merece la pena matricularse en el máster de la Universidad Pontificia de Salamanca, al final he decidido escribir esta entrada dando mi opinión al respecto.

Las preguntas concretas que recibo más a menudo son:

-¿Es un buen máster?

-¿Cuándo acabe, saldré convertido en guionista?

-¿Me servirá para conseguir trabajo?

Veamos…

Yo creo que el máster es muy completo y que no está montado con la intención de sacarle las perras a los alumnos sino de proporcionarles una formación como guionistas, tanto teórica como práctica, lo más completa posible. Matriculándose en él se puede aprender, y mucho (y no sólo sobre escritura, sino acerca de cómo funciona nuestra industria audiovisual, cosa que también es importante para evitarse disgustos). Aunque como siempre, lo que se aprenda o no depende sobre todo del esfuerzo que ponga cada alumno.

Luego, sí que puede servir para hacer contactos que te pueden llevar a conseguir trabajo. De hecho, a veces algunos de los profesionales que colaboran con el máster les piden pruebas a los alumnos para los programas que producen, y varios de ellos ya han conseguido trabajo de esta manera. Pero matricularse en el máster esperando que eso ocurra es un poco como comprar un billete de lotería y pretender que por narices tenga que tocarte algún premio.

Por otra parte, para ser guionista no hace falta hacer ningún curso. Yo, por Ej. nunca hice ninguno. Aprendí todo lo que me hacía falta saber leyendo libros teóricos, y por supuesto, escribiendo. Sobre todo, escribiendo.

¿Que me habría venido bien hacer un máster así cuando tenía 25 años? Pues no lo sé. Yo lo que quería a esa edad era ser dibujante, y, tras estudiar Bellas Artes se me quitaron las ganas de serlo. Quizá, si en vez de ir aprendiendo a escribir a mi aire, a mi ritmo, me hubiera matriculado en un máster como el de Salamanca, me habría vencido la presión y ahora tampoco sería guionista.

Sin embargo hay mucha gente –probablemente la mayoría- a la que le ocurre todo lo contrario: son incapaces de encontrar la motivación necesaria para escribir en casa por su cuenta. A muchos de ellos, compartir unos meses con gente que tiene su misma vocación y estar en contacto constante con profesionales del guión, les resulta tan estimulante que acaba siendo determinante para que también acaben siendo guionistas.

Y, aunque es algo que solo atañe al módulo de cine, creo que los alumnos que consiguen terminar una primera versión de su guión en el taller de escritura, están más cerca de conseguir ser guionistas. Seguro que ya lo he dicho aquí antes: las primeras cien páginas son las más difíciles. Acabar el primer guión (ya sea éste bueno, malo o regular) es muy importante. Al hacerlo rompes una barrera psicológica que ya nunca vuelve a alzarse. No vale con empezar varios guiones y dejarlos al primer acto. Hay que terminar uno, enfrentándose a los problemas particulares que plantea cada acto, cada punto de giro, hasta conseguir tener las 100 páginas (más o menos) de marras. Eso no quiere decir que a partir de entonces escribir vaya a ser fácil (nunca lo es), pero desde luego, no es lo mismo. Además, esos alumnos dejan el máster con una muestra de escritura que, aunque nunca llegue a producirse, si puede facilitarles conseguir otros trabajos. Al fin y al cabo, uno no es guionista hasta que termina un guión.

Resumiendo: el máster está muy bien, pero, dependiendo de cómo seas tú, de tus expectativas (tanto vitales como profesionales) y de las ganas de trabajar que tengas, te puede ser útil o no.

Ah, hay otra cosa que puede ser importante: pasar unos meses escribiendo teniendo que cumplir fechas de entrega y sabiendo que tu trabajo va a ser valorado tanto por tus tutores como por tus compañeros, puede ayudarte a saber si realmente quieres ser guionista. A lo mejor parece una tontería (obviamente, se supone que todo el que se matricula en el máster quiere ser guionista), pero a mi me parece algo crucial. Porque no es lo mismo imaginarse cómo es ejercer una profesión que practicarla realmente. Hace ya muchos años, yo pensé en ser animador, pero, tras matricularme en un curso de animación, bastaron dos (soporíferas) semanas intercalando para que me diera cuenta de que aquello no era para mi. Una cosa era que me gustaran los dibujos animados y otra muy distinta que a mi me gustara ser animador ocho horas al día, todos los días.

domingo, 10 de junio de 2007

Uñas de veinte centímetros

Siempre me ha sorprendido que se suelan traducir tan mal las referencias a la cultura pop de muchas novelas. En cuanto aparece el nombre de un grupo de rock poco conocido, de una película medio rara, o no digamos ya el de un dibujante de cómics (y con estos da igual que sean famosos o no), lo habitual es que en el párrafo siguiente la traducción se convierta en un impedimento para entender lo que está pasando. Y he vuelto a pensar en ello al encontrarme estas dos frases en el primer libro de Joe Hill, El traje del muerto (por cierto, un título bastante pobretón comparado con el del original La caja en forma de corazón, o sea, Heart-Shaped Box, como la canción de Nirvana):

“Era curioso escuchar en la radio, en ese momento, Uñas de veinte centímetros. Conoció a Florida en una función de Trent Reznor, entre bastidores”.

En realidad, debería decir algo así:

“Era curioso escuchar en la radio, en ese momento, a Nine Inch Nails. Conoció a Florida en una actuación de Trent Reznor, entre bastidores”.

Aunque a lo mejor debería decir, en vez de “entre bastidores”, en el “backstage”, ya que es la palabra que también se utiliza en España para nombrar el espacio tras el escenario en los conciertos. Pero supongo que dejarlo directamente en inglés sería incorrecto.

La cuestión es que, al poner Uñas de veinte centímetros en cursiva, el traductor se delata. Como posteriormente aparecen otros muchos nombres de grupos (más conocidos) sin traducir y sin cursivas, está claro que cree que es el título de una canción, y no el nombre de un grupo.

Y yo lo que me pregunto es: ¿Tan difícil sería mirarlo en Google si no tienes claro de qué se trata?

Hace diez años estas cosas podían tener perdón, pero ahora…

Por cierto, el libro, de momento (sólo he leído 90 páginas) está muy bien. Fantasmas y rock and roll. No se puede pedir más. Y Hill, que es hijo de Stephen King, no se parece mucho escribiendo a su padre, aunque en ocasiones utilicen recursos parecidos para retratar el horror.

viernes, 8 de junio de 2007

Intrusos, la noticia completa

Juan Carlos Claver rueda su primer largometraje para cine, Intrusos (en Manasés), que producen Kines, Dacsa, Just Films e IPC.

Se encuentra en su tercera semana de filmación en el pueblo de La Vereda, en la provincia de Guadalajara, Intrusos (en Manasés), el primer largometraje para salas de cine comerciales que dirige Juan Carlos Claver, producido por Kines Producciones, Dacsa Produccions, Just Films e IPC. La filmación, en HDCam, se desarrollará hasta principios de julio, siendo Madrid y Sevilla las próximas localizaciones.Intrusos (en Manasés), cuyo guión ha sido escrito por David Muñoz y Daniel García, es un thriller de tintes sobrenaturales que gira en torno a Julia, una periodista de investigación de una publicación de temática paranormal que es capaz de sentir ciertas presencias, e incluso "ver" el pasado, cuando la fuerza del entorno en el que se encuentra es lo suficientemente poderoso. Cuando, para resolver un caso, ella y otros compañeros viajan a Manasés, un pequeño pueblo cuyos habitantes desaparecieron una noche de 1945 sin dejar rastro, averigüarán que su misión poco tiene que ver con lo que ellos creían. El filme incluye en su reparto a Belén López, Armando del Río, Marina Gatell, Miguel Angel Muñoz, Alejandro Jornet, Sonia Lázaro, Empar Canet y Juan Fernández. En la parte técnica figuran Javier Quintanilla como director de fotografía, Antonio Estrada como director artístico, y José María Bloch al frente del sonido directo. Del montaje se encargará Rosa María Harto, y de la música, Alejandro Román.
Intrusos (en Manasés) es el primer largometraje para cine que afronta Juan Carlos Claver, que ya ha dirigido antes diversas tv-movies como Electroshock (que ha participado en más de 40 festivales internacionales y ha obtenido 12 premios), El cruce, Sprint especial o ¿Dónde está?, así como varios cortometrajes. El filme es una coproducción entre la empresa madrileña Kines Producciones, propiedad del director, la valenciana Dacsa Produccions, la catalana Just Films y la andaluza IPC. Los productores ejecutivos son el propio Claver, Xavier Crespo, Joan Ginard y Adán Martín. Crespo también es el director de producción. El filme, que cuenta con un presupuesto de 1,5 millones de euros, ha recibido el apoyo del ICAA, el IVAC valenciano, la Junta de Andalucía y diversas cadenas autonómicas como TV3, TVV, Telemadrid y Canal Sur. El grueso del rodaje se está desarrollando en La Vereda, un pequeño pueblo de Guadalajara, tras lo cual se trasladará a otras localizaciones de Madrid y Sevilla.

jueves, 7 de junio de 2007

Para Igor y Carlos

Gracias a un e-mail del periodista Pepe Colubi, he sabido que el próximo 22 de Junio se celebrará un concierto homenaje a Igor Medio y Carlos Redondo, los miembros del grupo Felpeyu fallecidos en accidente de circulación hace casi un año cuando se dirigían a un concierto en Cataluña.

Como ya sabéis los lectores de este blog, Igor era amigo mío dese hace muchos años.

Os pego parte del e-mail de Pepe:

"Desde el momento de su muerte se empezó a fraguar la idea de un concierto homenaje, que finalmente se celebrará el próximo viernes 22 de junio en la playa de Poniente de Gijón, ciudad madre de los dos fallecidos. El concierto lleva por nombre «N'Alcordanza d'Ígor y Carlos» y será una especie de All Star asturiano con el cartel que adjunto más abajo.

N ´ALCORDANZA
d´ IGOR y CARLOS

22 Junio 07. Playa Poniente. GIJÓN

18.00: LOS MANGUANES (Grupos Gijón años 80):
Santi Menéndez (Últimos de Filipinas, Decididos), Julio Suárez (Néctar, Asociados), Nacho Villaverde (Néctar, V Columna), Luis Riestra (Decididos), Ricardo García (Lliberdón, Decididos), Rafael Fano (Últimos de Filipinas), Tino Acebal (Equos)
18.20: GATOS DEL FORNU
18.40: LOS HURACANES DE MONTIANA
19.00: LA BANDINA'L TOMBO
19.20: LUCAS Y LOS PATOSOS
19.40: FELPEYU'S OLD STARS
Cástor y Félix Castro, Elías García, Isidro Suárez, Toño Gómez, Xel Pereda, Dudu Puente, Ruma Barbero.
20.OO: MAMY CARTER
20.20: TEJEDOR
20.40: HOLIDAY FLEET
21.00: GRUPO TOLI MORILLA:
Xurde Fernández (Blima), Rubén Bada (DRD), Flavio Rodríguez
(La Raitana), Antón Barquero (Ciquitrinos, Llanzones)
21.20: SANGRIENTOS con Miguel Fuentes (The Amateurs)
21.40: N'ARBA
22.00: EDWIN MOSES
22.20: LLAN DE CUBEL
22.40: Set LOS LOCOS ( Primer Segmento):
En los distintos segmentos la banda base estará liderada por Paco Loco y formada por músicos que en algún momento colaboraron con el grupo:
Paco Loco, Juanjo Mintegui, Marcos Díaz, Salva López, Jaime Beláustegui, Félix Morales, Chus Naves, José Ramón Feito
1. Marcos Díaz (Huracanes de Montiana)
2. Tete Bonilla (La Banda del Tren)
3. Los Mancos
4. Pauline en la Playa.
23.00: GRUPO RAMÓN PRADA
Chus Pedro (Nuberu), Fonsu Fernández (Lliberdón), Edi Word, Lorena García (Gatos del Fornu), Indalecio Santos (Ciquitrinos, Llanzones), Pedro Pangua (Ubiña, Xaréu), Manolo Durán (Tambor de la Abadía),
23.20: Set LOS LOCOS (Segundo segmento):
1. Igor Pascual ( Loquillo y Los Trogloditas)
2. Natalia Quintanal y Montse Álvarez (Nosoträsh)
3. Luis Núñez (Fuera de Serie) y Belén Costa
4. Johnny Radiator ( Radiator)
5. Yolanda Suárez (Sangrientos, Nothing but the Boy)
23.40: CORQUIÉU
00.00: Set LOS LOCOS(Tercer segmento):
1. Rafa Kas
2. Jose Campa, Malaqui, Alejandro Felgueroso, Moke
3. Australian/ Kactus
00.20: FELPEYU
00.40: Set LOS LOCOS (Cuarto segmento):
1. Fani y Josele (Manta Ray)
2. Salón Dadá
3. Marcos Robledo y otros

miércoles, 6 de junio de 2007

Intrusos

Una nota de prensa sobre el rodaje de una película que he escrito recientemente y de la que ya hablé en este blog:

Juan Carlos Claver rueda su primer largometraje para cine, Intrusos (en Manasés), que producen Kines, Dacsa, Just Films e IPC.

Se encuentra en su tercera semana de filmación en el pueblo de La Vereda, en la provincia de Guadalajara, Intrusos (en Manasés), el primer largometraje para salas de cine comerciales que dirige Juan Carlos Claver, producido por Kines Producciones, Dacsa producciones, Just Films e IPC. La filmación, en HDCam, se desarrollará hasta principios de julio, siendo Madrid y Sevilla las próximas localizaciones.

Más, en Cine por la red.

Máster

Ya se ha abierto el plazo de inscripción del III Máster de guión de ficción para cine y televisión de la Universidad Pontificia de Salamanca, en el que yo llevo el taller de escritura de largometrajes.

Más información aquí.

lunes, 4 de junio de 2007

Desde el plató de NST

Una cosa que me ha venido a la cabeza en un descanso de la grabación:

¿Por qué tantos escritores de los que entrevistamos en NST, cuando les pedimos que nos cuenten de qué va su novela, nos hablan del tema y no del argumento? ¿Por qué tienen tanto miedo a contar la historia que narran en su libro? Y estoy hablando de autores con vocación comercial, con obras en ocasiones cercanas al best seller. Es un poco como si uno fuera a alquilar Blade Runner en el video club y, en vez de la sinopsis, en la carátula hubiera escrito algo así: “Una película sobre el miedo a la muerte y la fragilidad de la condición humana”... ¡y nada más! La verdad es que me pasa algo muy parecido muchas veces dando clases. Nada más empezar el taller, les pregunto a los alumnos de qué va su guión y la mayoría, en vez de contarme la historia, me salen con el tema. Y lo primero que les digo es que no me interesa (por lo menos, no en ese momento; es algo que prefiero abordar más tarde, ya con el guión escaletado). Una gran película y una película horrible pueden tener en común un tema interesante, lo que importa es qué historia se utiliza para abordarlo y cómo se cuenta esa historia. Y, sobre todo, tratar un tema con "peso” (comprometido, social, político...), no va a hacer mejor tu guión. Aunque eso sí, lo mismo puede hacerte ganar algún Goya...

domingo, 3 de junio de 2007

ALGUNAS DE LAS COSAS QUE HE APRENDIDO (1)


Una aclaración previa: en esta sección no pretendo hablar de verdades absolutas, sino de "mis verdades", o sea, de las cosas que he aprendido a base de escribir y que me han sido útiles para mejorar mis guiones. Mis reflexiones no son resultado de haber digerido mal unos cuantos libros teóricos, sino de haberme equivocado muchas veces. Estoy seguro de que habrá quien (incluso otros guionistas) no esté de acuerdo en absoluto conmigo, y es probable que un par de años de escritura más me hagan cambiar de opinión sobre algunas cosas. Pero, de momento... estas son algunas de las cosas que he aprendido.


Uno de los defectos más comunes de la mayor parte de los guiones que caen en mis manos -y de, estoy seguro, también de al menos las primeras versiones de los míos-, es que suelen tener unos primeros actos excesivamente largos en los que el momento en que verdaderamente arranca la historia (lo que en algunos libros teóricos llaman el detonante) llega demasiado tarde.
Y estoy convencido de que es uno de los defectos más graves que puede tener un guión.
Entre otras cosas, porque puede impedir que ese hipotético lector que queremos que se enamore de nuestra historia, termine de leerlo. Si ya le hemos aburrido en solo 30 páginas… ¿por qué va a seguir adelante?
La razón más habitual por la que se suele llegar tarde al detonante es que se dedica demasiado tiempo a explicar cómo es el mundo en el que transcurre la historia y cuáles son las circunstancias del protagonista*.
Pero después de haber escrito muchos guiones, si una cosa me ha quedado clara es que para eso no hacen falta tantas páginas como solemos creer. Lo fundamental se explica rápido, en cinco o diez páginas, y lo accesorio debería deducirse de las acciones que llevan a cabo los personajes durante el resto del guión. En realidad, la mayor parte de las veces no necesitamos saber mucho para interesarnos por un personaje ni para comprenderlo (y repito que ese es el objetivo de esas primeras páginas). Sin embargo, a pesar de que todos hemos visto cientos de buenas películas de cuyos protagonistas no podríamos escribir más de dos o tres líneas, al comenzar a escribir un nuevo guión parecemos olvidarlo y nos empeñamos en engordarlo a base de acumular momentos (biográficos, descriptivos) que no importan de cara a explicar la historia que estamos contando.
No hay que olvidar nunca que de lo que se trata es de conseguir que el lector/espectador no se aburra. Porque hasta que la historia no arranca, hasta que la película digamos que no revela sus verdaderas intenciones, como espectadores nos encontramos a la expectativa, tensos; y si tenemos que mantener esa tensión más allá de media hora, por lo general no somos capaces, nos desinflamos, perdemos interés y, por tanto, nos aburrimos.
Ahora mismo se me ocurre que se trata de un proceso similar al que experimentamos cuando nos cuentan un chiste. Mientras el chistoso empieza a contarlo, como esperamos que realmente sea capaz de divertirnos le damos un margen de confianza, pero si los prolegómenos se alargan demasiado, y el remate (con sus risas) no acaba de llegar, nos impacientamos, dejamos de prestar atención y lo único que queremos es que el chistoso termine de una vez. De hecho, es probable que aunque el remate sea gracioso, ya no nos riamos.
Si bien no me atrevo a generalizar, me atrevería a decir que este defecto es uno de los más comunes también en muchas películas españolas: que arrancan tarde y cuando lo hacen encima es de forma poco clara.
A veces olvidamos que las historias siempre se las contamos a alguien, y que, por encima de todo, independientemente de que hagamos comedia, drama, cine palomitero o cine de autor, nuestro objetivo principal debería ser saber arreglárnoslas para que ese “alguien” las escuche con interés.
Intentando aplicarme el cuento, precisamente yo estoy ahora mismo en pleno proceso de “pelado” de un guión. Y es curioso como muchas escenas que me parecían fundamentales hace unos meses, ahora me parece que sobran totalmente.
Aún así, incluso cuando procuras que el guión sea lo más conciso posible, en montaje te das cuenta de que se pueden cortar cosas.
Como Ej. de todo esto he escaneado un par de hojas del libro del guión de Sunshine (Danny Boyle, 2007). Tiene unas diez páginas que aunque fueron rodadas, no se incluyeron en el montaje definitivo. Y, previsiblemente, la mayor parte de esas páginas son del primer acto: diálogos intrascendentes entre los personajes, paseos por dependencias de la nave que luego volvemos a ver en el transcurso de otras escenas, etc.
Y nadie las echó en falta al ver la película en el cine.

*Mientras revisaba este texto antes de colgarlo, he ido al cine a ver Half Nelson. Pues bien, es un ejemplo perfecto de guión con un primer acto innecesariamente alargado. De hecho, toda la película es en realidad un primer acto. Durante hora y media se suceden más y más variaciones de tres o cuatro escenas que describen cómo es la vida de los dos protagonistas y, cuando por fin ocurre algo… se acaba. Sin embargo, la película ha recibido críticas muy buenas, premios, etc. Pero yo me aburrí, y mucho. Y si no llega a ser por lo bien que están Ryan Gosling y Shareeka Epps, creo que me hubiera resultado insoportable. En todo caso, como guionistas, nunca podemos esperar que haya factores extranarrativos (como un buen casting), que impidan que se “noten” los defectos de la construcción dramática del guión (aunque ocurre muy a menudo; a ver si hablo algún día de todas esas buenas películas mal escritas; y de lo contrario, de guiones bien estructurados que han dado como resultado películas infumables).