viernes, 24 de agosto de 2012

Todos tenemos un plan

El día 4 de septiembre, en Casa de América, a las 19:00, se proyectará la película "Todos tenemos un plan". Después, habrá una charla con su directora y guionista, Ana Piterbag, y la actriz Soledad Villamil, en la que yo participaré en calidad de moderador. La razón de que yo modere la charla es que fui uno de los tutores de Ana cuando estuvo trabajando en su guión en el Curso de Desarrollo  de Proyectos Cinematográficos Iberoamericanos que organiza la Fundación Carolina en colaboración con EGEDA y Casa de América. Y sí, el protagonista de la película, como podéis ver en la foto de ahí abajo, es Viggo Mortensen. Más información sobre "Todos tenemos un plan" y el pase, aquí.


jueves, 23 de agosto de 2012

Una novela escrita y protagonizada por un guionista


"—Todo. Sí, verás, me cuesta explicarlo. Es como si las cosas ocurrieran demasiado deprisa. (…) como si se hubieran puesto de acuerdo para ocurrir todas al mismo tiempo y evitar que pueda controlarlas. —Señaló el estante lleno de libros que tenía junto a él—. Los libros, por ejemplo. Tú ya me conoces, no paro de comprarlos. Los compro por docenas, aunque sé que la mayoría no voy a leerlos. Los meto en la estantería, perfectamente organizados, y cada día, cada minuto que paso sin leerlos, me angustio más y más. Pienso que a lo mejor me estoy perdiendo algo, algo genial, ya sabes, ese tipo de historia que daría un giro radical a mi vida, toda esa mierda. Y me mortifico por no dedicarle unas pocas horas en vez de, no sé, trabajar doce horas al día como un gilipollas o dormirme en el sofá viendo un estúpido concurso de la tele. Ya sé que es absurdo, pero a veces me levanto arrepentido por haber dormido ocho horas de un tirón, ¿comprendes? Constantemente me siento culpable por no estar haciendo otra cosa. (…)".

De este libro:


A falta de 100 páginas para terminarlo, de momento me está gustando bastante. ¡Y no solo porque me identifique con muchos aspectos de la vida de su protagonista!

sábado, 18 de agosto de 2012

Explica muchas cosas

"En este modelo hay también una definición de lo que significa llegar a ser una buena persona. Una buena persona —una persona moral— es alguien lo bastante disciplinado como para ser obediente, para aprender lo que es bueno, para hacer lo que está bien y no hacer lo que está mal, y alguien que
persigue su propio interés para prosperar y llegar a ser autosuficiente. Un niño bueno se desarrolla para llegar a ser así. Un niño malo es el que no aprende a ser disciplinado, no funciona moralmente, no hace lo que está bien y, por tanto, no es lo bastante disciplinado para prosperar. No sabe cuidarse a sí mismo y así se hace dependiente.

Cuando los niños buenos se hacen mayores, o han aprendido disciplina y pueden prosperar, o no la han aprendido. A partir de ese momento, el padre estricto no se entrometerá más en sus vidas. Políticamente, esto se traduce en que el gobierno tampoco se entrometerá.

Piensa lo que significa esto para los programas sociales. Es inmoral darle a la gente cosas que no se han ganado, porque entonces no conseguirán ser disciplinados y se convertirán en dependientes e inmorales. Esta teoría sostiene que los programas sociales son inmorales porque hacen a la gente
dependiente. Es inmoral promover programas sociales. ¿Y qué implica esto para los presupuestos? Bueno, si hay muchos progresistas en el Congreso que piensan que debería haber programas sociales, y si se piensa que los programas sociales son inmorales, ¿cómo se va a parar a toda esa gente inmoral?

Es muy sencillo. Lo que hay que hacer es premiar a los buenos —aquellos cuya prosperidad revela su disciplina y, por consiguiente, su capacidad— premiarlos con un recorte de impuestos, pero un recorte lo bastante importante para que no quede dinero para programas sociales. Según esta lógica, el déficit es una cosa buena. Como dice Grover Norquist, «mata de hambre a la bestia».

Mientras los liberales y los conservadores en materia fiscal consideran malo el déficit de Bush, los radicales del ala derecha partidarios de la moral del padre estricto lo consideran bueno. En el Discurso sobre el estado de la Unión de enero de 2004, el presidente dijo que pensaba que se podía rebajar el déficit a la mitad suprimiendo el «gasto basura» —es decir, lo que se gasta en «malos» programas sociales. ¿Están los conservadores en contra de todo lo que puede hacer un gobierno? No; no están en contra del Ejército, no están en contra de la defensa de la patria, ni del actual Ministerio de Justicia, ni de los tribunales, ni de los Ministerios del Tesoro y de Comercio. Hay numerosos
aspectos del gobierno que les parecen muy bien. No están en contra de las subvenciones a la industria. Las subvenciones a las corporaciones que premian a los buenos —los inversores en esas corporaciones— son estupendas. En eso no hay el menor problema.

Pero están en contra de las subvenciones para alimentos y en contra de la protección social. Están en contra de los programas asistenciales. Eso es lo que consideran malo. Y es lo que están tratando de suprimir utilizando argumentos morales. Ésa es la razón por la que no son simplemente un
pequeño grupo de locos, codiciosos o ruines —o estúpidos—, como piensan muchos liberales. Pero lo que da más miedo es que los conservadores se lo crean. Creen que es moral. Y tienen seguidores por todo el país. La gente que cree en la moral del padre estricto y que la aplica a la política creerá que ése es el buen camino para gobernar".

Del libro "No pienses en un elefante" de George Lakoff.
Gracias por la recomendación, Javier.

jueves, 16 de agosto de 2012

Que no, que no es improvisación

El fin de semana pasado apareció publicada en El País Semanal una entrevista con la directora de cine Paula Ortiz. Podéis leerla entera aquí. La entrevista es bastante interesante, pero de todo lo que cuenta Ortiz lo que más me llamó la atención es cuando habla de por qué cree que las series españolas no son tan "complejas" como las norteamericanas:
  
"Viendo su película pensé en cómo machacan las series de televisión a los actores. A algunos secundarios no me los podía creer… los tengo encasillados en un papel. Sí, es así. Y la forma de producir las series en España contribuye a ello. La producción es tan feroz, tan rápida, que se obvian cuestiones fundamentales… En la parte de guión, que es de la que puedo hablar, no se maduran demasiado las cosas. Ves las series norteamericanas y dices, madre mía ¡qué complejidad! Aquí, ¿a qué te agarras? Al grito, al sainete… Algunas se sirven del costumbrismo español con gracia, pero en otras abunda el chiste fácil, el machismo… La improvisación tiene cabida cuando los ejes fundamentales están bien claros".

Sería bonito que fuera cierto. Pero no. La series españolas son como son* porque son las que quieren emitir nuestras cadenas de televisión. No es una cuestión de tiempo, de "madurar más las cosas". De hecho, se suelen madurar, y mucho. Es raro que el primer capítulo de una serie no se haya reescrito infinidad de veces antes de su emisión. Se piden chistes fáciles y se aplaude el machismo. No es un problema de tiempo (aunque también a veces haga falta tener más) sino de objetivos. 

*Y perdonadme la generalización, porque ya sé que todas las series españolas no son como en las que está pensando Paula Ortiz. De hecho, también tenemos buenas series, aunque lo habitual sea que lo olvide todo el mundo en las entrevistas, probablemente porque no las ven.

domingo, 5 de agosto de 2012

Ferlosio acierta

"La cultura es desde siempre, congénitamente, un instrumento de control social, o político-social cuando hace falta; por esta congénita función gubernativa tiende siempre a conservar y perpetuar lo más gregario, lo más enajenante, lo más homogeneizador. Hoy está muy cabalmente representada por ese inmenso CERO que es el fútbol.

Los castellanos se han puesto a revindicar la alta culturalidad de la Fiesta Nacional, sobreentendiendo implícita e inconscientemente que la cultura es buena por definición, al ensalzar del modo más enfático las muchas y gloriosas externalidades que se han desarrollado en torno suyo, en la poesía, en la literatura, en las artes plásticas, pintura y escultura (¡Mariano Benlliure!) y hasta en filosofía. Lo más ambicioso ha sido lo de doña Esperanza Aguirre: que la corrida de toros sea declarada “Patrimonio de la Humanidad”, pero yo por mi parte no puedo sustraerme de que la Alianza de las Civilizaciones entre España, el Midí y no pocas naciones de Ultramar que tal cosa implicaría, más aún que para enaltecer una muy castellana y española afición taurina, es para darles a los catalanes una lección sobre Cultura".

Rafael Sánchez Ferlosio, hoy en El País. Sigue, aquí.