El fin de semana pasado apareció publicada en El País Semanal una entrevista con la directora de cine Paula Ortiz. Podéis leerla entera aquí. La entrevista es bastante interesante, pero de todo lo que cuenta Ortiz lo que más me llamó la atención es cuando habla de por qué cree que las series españolas no son tan "complejas" como las norteamericanas:
"Viendo su película pensé en cómo machacan las series de televisión a los actores. A algunos secundarios no me los podía creer… los tengo encasillados en un papel. Sí, es así. Y la forma de producir las series en España contribuye a ello. La producción es tan feroz, tan rápida, que se obvian cuestiones fundamentales… En la parte de guión, que es de la que puedo hablar, no se maduran demasiado las cosas. Ves las series norteamericanas y dices, madre mía ¡qué complejidad! Aquí, ¿a qué te agarras? Al grito, al sainete… Algunas se sirven del costumbrismo español con gracia, pero en otras abunda el chiste fácil, el machismo… La improvisación tiene cabida cuando los ejes fundamentales están bien claros".
Sería bonito que fuera cierto. Pero no. La series españolas son como son* porque son las que quieren emitir nuestras cadenas de televisión. No es una cuestión de tiempo, de "madurar más las cosas". De hecho, se suelen madurar, y mucho. Es raro que el primer capítulo de una serie no se haya reescrito infinidad de veces antes de su emisión. Se piden chistes fáciles y se aplaude el machismo. No es un problema de tiempo (aunque también a veces haga falta tener más) sino de objetivos.
*Y perdonadme la generalización, porque ya sé que todas las series españolas no son como en las que está pensando Paula Ortiz. De hecho, también tenemos buenas series, aunque lo habitual sea que lo olvide todo el mundo en las entrevistas, probablemente porque no las ven.