viernes, 28 de enero de 2011

El dedo en la llaga

"Después, muchos guardan un inconfesable rencor a los artistas, gente que cobra por hacer lo que les gusta. ¡Que trabajen aperreados como los demás o que se jodan! Más complejos -y con mayores complejos- están los artistas no rentables, que prefieren renunciar a cobrar con tal de saber que Pérez-Reverte o Alejandro Sanz perderán millones".

Fernando Savater.

Más, aquí.

martes, 25 de enero de 2011

Cosas que no entiendo

-Si al dimitir como presidente de la Academia, Alex de la Iglesia no quiere “empañar la fiesta de los Goya”, ¿por qué no ha anunciado su dimisión después de la gala? ¿Acaso no es consciente de que así su dimisión (y lo que cuente en su discurso) se convertirá en LA noticia de la noche?

- De la Iglesia se muestra tan vehemente ahora cuando ataca la “Ley Sinde” como se mostraba hace unas semanas defendiéndola. Según dice, han sido los “internautas” quienes le han hecho rectificar. Dado que no tiene mucho sentido pensar que le hayan contado algo diferente a lo que llevan sosteniendo desde hace años en diferentes foros (y si fuera así, debería explicárnoslo a todos a ver si así consigue que también cambiemos de opinión), ¿entonces qué pasa? ¿Qué cuando apoyaba la ley lo hacía desde el desconocimiento y la desinformación?  Si es eso, ¿quién me asegura que su arrebato actual es algo más que eso, un arrebato?

-¿Qué tiene que ver que algunos de los representates de los "internautas" sean gente tratable e inteligente, con que por mucho que diga el ex presidente que no es así, sí que discrepemos los creadores y ellos respecto a cuestiones fundamentales?

-¿Por qué tiene que dimitir el presidente de la Academia debido a una ley del gobierno? Ser “presidente” no es un cargo político. La ley no ha salido precisamente debido a la "presión" de los académicos. Y supongo que todos los presidentes anteriores han convivido durante sus mandatos con leyes que afectaban al mundo del cine que no les gustaban. Pero es que su labor no consiste en autoerigirse en mediadores ni en comportarse como los representantes de un “lobby”. Su trabajo es dar la cara por la gente del cine*. Cosa que ya me parece bastante complicada como para querer ir más allá sin acabar metido en pantanos de los que es imposible salir.  

*Cosa que tampoco es lo mismo que pedir disculpas una y otra vez en nombre de la gente del cine.

domingo, 16 de enero de 2011

Los "privilegiados"

"A menudo se emplea el término “privilegiados” para referirse a los cineastas, cantantes y escritores de éxito. Un artista no es nunca un “privilegiado”, no puede serlo. Cada uno saca su creación y la pone ahí, en el mercado. No obliga a nadie a verla, escucharla o leerla, no está en su mano. No elige a sus espectadores, oyentes o lectores, siempre son éstos quienes lo eligen a él, libremente. Se los gana con su talento o porque tiene suerte, uno a uno, ninguno le es regalado. Sus posibilidades de fracasar son infinitamente mayores que las de triunfar. Corre su riesgo. Es privilegiado el hijo del banquero, que lo tiene todo hecho y hereda una fortuna. O el del rico empresario. Lo es más, incluso, el del zapatero, que hereda una zapatería y no parte de la nada. El artista, cualquiera que sea su origen, parte siempre de cero, jamás puede ser un “privilegiado”. Ni Ken Follett, que también se ha ganado a pulso a cada uno de sus lectores".

El escritor Javier Marías, hoy en El País Semanal.

Más, aquí.

sábado, 15 de enero de 2011

Buenos consejos para un guionista



“Me preocupa que cada palabra, cada frase de mi libro sea pertinente. No quiero darme el gusto de escribir párrafos bonitos solo por escribir de una manera bonita. Eso no me interesa. Quiero que todo sea imprescindible. (..)”.

“(…) Y todos los artistas tienen límites. Nadie puede hacerlo todo. Es imposible. Lo bonito del arte es que circunscribe un espacio, físico y mental. Si intentas meter todo el mundo en cada página, acabas consiguiendo caos. El arte consiste en eliminar casi todo para poder concentrarte en aquello de lo que necesitas hablar”.

Paul Auster conversando con Jonathan Lethem.

De este libro:

jueves, 6 de enero de 2011

Resultados

“La posesión de Emma Evans” ha sido la novena película más vista en los cines de España durante el pasado fin de semana y la segunda más vista entre las que se estrenaron entonces. La otra ha sido “The Tourist”. Y, aunque en Cine por la Red calificaban dicha posición como “mediocre”, el resultado ha superado las expectativas de los productores. No está nada mal que una película de terror de presupuesto minúsculo estrenada en Navidad junto a un blockbuster como la película protagonizada por Angelina Jolie y Johnny Depp y los habituales largos de animación para público infantil (encima ahora en 3D, con entradas más caras que las normales), haga casi 400.000 euros durante su primer fin de semana.
Por otro lado, las críticas que he leído (que no han sido muchas; cada vez les presto menos atención) han sido regulares tirando a malas. No le veo sentido a enredarme aquí demasiado contra argumentado algunas de las opiniones que me he encontrado, aunque sí que me llama bastante la atención el odio que generan las películas dirigidas claramente al público adolescente de ahora. Por Ej., Fausto Fernandez remata su crítica en la página web de la revista Fotogramas de la siguiente manera: “(…) un personaje más plano que las niñas de “Blog”, y aunque a veces podría dar la sensación de que es una secundaria de “La pecera de Eva”, la verdad es que ella es lo único turbador y demoníacamente salvable de una película que acaso pase a la historia como el primer título terrorífico de la Generación Ni-Ni”. Si no fuera por el desprecio con el que lo dice, casi sería un halago. Porque precisamente ese es el tipo de película que hemos querido hacer, un retrato honesto (y desde la empatía) de una adolescente de la Generación Ni-Ni. Y teniendo en cuenta que tanto el director como yo ya tenemos unos añitos, si hemos conseguido que las adolescentes de la película suenen a protagonistas de “un reality pedagógico de Cuatro” (como también se dice en la misma crítica) la verdad es que es una razón para sentirnos satisfechos. Uno de mis miedos al empezar a escribir el guión era precisamente acabar escribiendo diálogos que no parecieran creíbles dichos por una adolescente de ahora.
Y es que, desde el principio, “La posesión de Emma Evans” pretendió ser el equivalente fílmico de una novela para adolescentes (o más bien esto que los americanos llaman YA novels; YA por “Young Adult”, que abarcan un espectro de edad algo más amplio, tanto por arriba como por abajo, de lo que entendemos comúnmente en España cuando hablamos de este tipo de libros). En ningún momento pretendimos tener entre manos una historia de exorcismos especialmente innovadora (aunque sí que creo que el giro final es una relativa novedad en este subgénero). Lo que contamos solo funciona si entiendes a Emma, si estás con ella. Y sí te parece una imbécil sin interés alguno –como según parece opinan muchos críticos tanto de ella como de toda su generación-, no hay nada que hacer. Ah, tampoco quiero decir que para disfrutar con la película haya que tener quince años. Como las buenas novelas de este tipo, que pueden leerse a cualquier edad, espero que cualquier espectador desprejuiciado también pueda pasar un buen rato con ella.
Al final me estoy enrollando más de lo que creía que iba a hacerlo, pero para terminar este repaso a las críticas de la película, me gustaría comentar otro par de cosas. La primera, que hay que ver el daño que ha hecho la teoría del autor. Son muchos los críticos que se han enfrentado “La posesión...” de acuerdo a la idea que se hicieron de su director, Manu Carballo (quien desde mi punto de vista ha hecho un trabajo magnífico) tras ver su primera película, “El último justo” y le adjudican cierta tibieza a la hora de tratar lo fantástico. Más o menos vienen a calificarle de “falso director de fantástico que no abraza el género sino que lo usa para contar otras cosas”. Cuando no es ni mucho menos así. Para empezar, tanto él como yo somos dos frikis de los fantástico que adoramos el género. Además, Manu se incorporó a la película a pocos meses de comenzar el rodaje, y se encontró con un proceso de desarrollo muy avanzado en el que ya hacía tiempo que se había decidido el tipo de película que se quería y se podía hacer (no sé si fue en la primera reunión con el primer director cuando vimos claro que de entre todas las posibles películas de exorcismos que podían rodarse –pues ese era el encargo de Filmax: una película de exorcismos-, por cuestiones presupuestarias en la nuestra no iba a haber lugar para el espectáculo sobrenatural e íbamos a tener que potenciar los componentes dramáticos, y esforzarnos mucho para contar una historia interesante durante 90 minutos en prácticamente una sola localización que no pareciera un “Rec” de segunda). Pero nada, los críticos ya han colocado a Manu en su casilla. 
En fin… De todas maneras, ya os digo que nosotros estamos bastante satisfechos con “La posesión…”, tanto con la película en sí como con cómo está funcionando en la taquilla española e internacionalmente. Ahora solo espero que poco a poco vaya encontrando su público.

martes, 4 de enero de 2011