domingo, 23 de diciembre de 2012

Una reflexión útil también para escribir guiones



“(…) La habitación en que se desarrolla mi acción ficticia es un sitio muy desnudo, un cubo vacío, de hecho; solo le incorporo un sofá si va a hacer falta (si alguien va a sentarse en él o mirarlo), y después el mueble con el cajón superior izquierdo donde están los cubiertos, sin el cual no podemos tener el cuchillo con el que la heroína ha de untar la tostada de mantequilla.

(…) la idea tradicional en las clases de escritura teatral o cinematográfica de que el escritor tiene que ser capaz de esbozar toda la biografía de cada uno de sus personajes, aunque solo sea como ayuda a los actores, y a pesar del hecho de que esas biografías luego no surjan para nada en la película o en la obra teatral.

Si ese es el estándar de la industria, yo lo suspendo. Porque la verdad es que no tengo mucha idea de cómo es ninguno de los personajes adultos de mis novelas, por ejemplo, de qué clase de infancia tuvieron, igual que no tengo ni la menor idea de lo que les va a pasar después de que se termine el libro.”

J.M.Coetzee. En este libro:


jueves, 20 de diciembre de 2012

Trabajando

Reunido con los guionistas con los que he trabajado este año en el "10º Curso de Desarrollo  de Proyectos Cinematográficos Iberoamericanos 2012". Todos ellos listos, buena gente, trabajadores, y con talento. No se puede pedir más. Y Marcelo, muchas gracias por la foto.

sábado, 8 de diciembre de 2012

domingo, 2 de diciembre de 2012

Daniel Muñoz

La foto de portada del suplemento Babelia de El País de ayer es de mi hermano Daniel.
Podéis ver más fotos suyas aquí.

Este es el original, para que la veáis mejor:



domingo, 4 de noviembre de 2012

El despertar







“(…) El hambre que provocaba el zombivirus era brutal e inconcebible, y los primeros meses de la plaga, cuando no se sabía muy bien qué hacer con los enfermos, se dieron casos de automutilación inconcebibles. Aún se ven por ahí troncos  ambulantes, o incluso cabezas sin cuerpo de los primeros infectados, que te hablan y te cuentan su vida, generalmente para pedir limosna.  Al no tener miembros, casi todos viven de la beneficiencia”.

De “El despertar”, de Elio Quiroga-Rodríguez. Acabo de terminar de leerla y desde ya es una de mis novelas de zombis preferidas (y os aseguro que he leído muchas). No os dejéis engañar por esa portada que sugiere una comedia almodovariana zombi. “El despertar” es divertida, desde luego, pero es mucho más que eso. No quiero  desvelaros mucho de la trama, pero tiene más de ciencia ficción apocalíptica que de sainete.

viernes, 12 de octubre de 2012

La emoción



Esta semana he escrito en Bloguionistas sobre el importante papel que juegan las emociones en el desarrollo de un guión y de cómo condicionan la manera en que percibimos tanto nuestro trabajo como el de los demás. Y justo después de subir la entrada leí esta entrevista con el director Terence Davies hablando de algo muy parecido: 

“Si no conectas con algo de forma visceral… es como la música. Si no te gusta un tipo determinado de música –por ejemplo, un determinado compositor-, no importa cuantas veces lo escuches, que dirás «lo siento, me aburro». A mí no me gustan ni Berlioz ni Wagner. Escuchar a Wagner es mi idea del infierno. Prefiero la muerte. Mi gran amor es Bruckner. Hay gente que me ha dicho, «pero no tiene melodía, y dura horas». Pero para mí sí es melódico. Tienes que responder de manera visceral, y si no, entonces todo lo que pasa después de los primeros minutos es malinterpretado. Y eso no pasa solo con mi película, sino con todas las películas”.


martes, 9 de octubre de 2012

UNA FORMA RACIONAL DE TRABAJAR



“El guionista- productor Jesse Alexander también describió cómo se escriben los capítulos: «Nuestro proceso se apoya enormemente en el equipo. En muchas series un guionista crea cada episodio en solitario. Gracias a mi experiencia en los seriales, sé que eso casi nunca funciona. Y cuando lo hace, te retrasa mucho. Y cuando te retrasas y las fechas de entrega apremian, la trama se resiente.  A nuestro equipo de guionistas –o la Liga de Heroicos Plumillas, como yo los llamo- les ayuda mucho estar en compañía.
»Nos reunimos todos en la sala, ideamos la trama y las escenas de cada episodio, y después todos escribimos escenas de dicho capítulo. Eso nos permite acabar los guiones en tres días, en vez de en tres semanas. Y así todos sabemos exactamente lo que ocurre en cada uno de ellos.
»Siempre hay un guionista cuyo nombre aparece en cada guion: el encargado de juntar todas las escenas y de supervisar el proceso de producción. Pero todos los demás han creado algún fragmento. Es una forma mucho más honesta de escribir en televisión, y la única manera de abordar una serie con episodios no cerrados, como Alias, Perdidos, o Héroes. (..)»".

Del mismo libro que he citado en la entrada anterior, "Cómo escribir una serie dramática de televisión".