Esta semana he escrito en Bloguionistas sobre el importante papel que juegan las emociones en el desarrollo de un guión y de cómo condicionan la manera en que percibimos tanto nuestro trabajo como el de los demás. Y justo después de subir la entrada leí esta entrevista con el director Terence Davies hablando de algo muy parecido:
“Si no conectas con algo de forma visceral… es como la música. Si no te gusta un tipo determinado de música –por ejemplo, un determinado compositor-, no importa cuantas veces lo escuches, que dirás «lo siento, me aburro». A mí no me gustan ni Berlioz ni Wagner. Escuchar a Wagner es mi idea del infierno. Prefiero la muerte. Mi gran amor es Bruckner. Hay gente que me ha dicho, «pero no tiene melodía, y dura horas». Pero para mí sí es melódico. Tienes que responder de manera visceral, y si no, entonces todo lo que pasa después de los primeros minutos es malinterpretado. Y eso no pasa solo con mi película, sino con todas las películas”.