Siempre me ha sorprendido que se suelan traducir tan mal las referencias a la cultura pop de muchas novelas. En cuanto aparece el nombre de un grupo de rock poco conocido, de una película medio rara, o no digamos ya el de un dibujante de cómics (y con estos da igual que sean famosos o no), lo habitual es que en el párrafo siguiente la traducción se convierta en un impedimento para entender lo que está pasando. Y he vuelto a pensar en ello al encontrarme estas dos frases en el primer libro de Joe Hill, El traje del muerto (por cierto, un título bastante pobretón comparado con el del original La caja en forma de corazón, o sea, Heart-Shaped Box, como la canción de Nirvana):
“Era curioso escuchar en la radio, en ese momento, Uñas de veinte centímetros. Conoció a Florida en una función de Trent Reznor, entre bastidores”.
En realidad, debería decir algo así:
“Era curioso escuchar en la radio, en ese momento, a Nine Inch Nails. Conoció a Florida en una actuación de Trent Reznor, entre bastidores”.
Aunque a lo mejor debería decir, en vez de “entre bastidores”, en el “backstage”, ya que es la palabra que también se utiliza en España para nombrar el espacio tras el escenario en los conciertos. Pero supongo que dejarlo directamente en inglés sería incorrecto.
La cuestión es que, al poner Uñas de veinte centímetros en cursiva, el traductor se delata. Como posteriormente aparecen otros muchos nombres de grupos (más conocidos) sin traducir y sin cursivas, está claro que cree que es el título de una canción, y no el nombre de un grupo.
Y yo lo que me pregunto es: ¿Tan difícil sería mirarlo en Google si no tienes claro de qué se trata?
Hace diez años estas cosas podían tener perdón, pero ahora…
Por cierto, el libro, de momento (sólo he leído 90 páginas) está muy bien. Fantasmas y rock and roll. No se puede pedir más. Y Hill, que es hijo de Stephen King, no se parece mucho escribiendo a su padre, aunque en ocasiones utilicen recursos parecidos para retratar el horror.