viernes, 4 de agosto de 2006

Que no, que no es para tanto

Un inciso: sé que a veces, leyendo las entradas que cuelgo en este blog, puede parecer que ser guionista es una profesión terrible, que sólo nos genera sufrimiento a los que la practicamos. Cosa que me preocupa un tanto, ya que me da la impresión de que algunos de los comentarios que recibo los escribe gente que está empezando en esto. Y no me gustaría desanimarlos. Porque pese a esos productores que hacen lo posible para evitar pagarnos lo que deben, pese a los directores que nos ningunean en los making ofs de los DVD, pese a que el 75% de lo que vamos a escribir en nuestras vidas no lo van a leer más que nuestras sufridas parejas y/o amigos, y aunque conseguir escribir una película que sientas totalmente tuya sea más difícil que descubrir la fórmula de la Coca Cola… si realmente es a lo que quieres dedicarte, ser guionista merece la pena. ¿Qué no resulta fácil? Pues no. Pero tampoco suele ser una vida ni previsible ni aburrida, ya sea sólo porque normalmente no tienes ni idea de que vas a estar haciendo (ni ganando) dentro de un mes. Y no creo que el día a día de los fontaneros, los psicólogos, los camareros o los profesores de instituto sea más sencillo, o esté menos exento de problemas, de disgustos y de reveses que el nuestro. Sólo que ellos no acostumbran a escribir blogs, ni suelen tener ese carácter en tránsito constante entre lo melancólico y lo peleón, el subidón y el bajón, con un punto exhibicionista además, que caracteriza a la mayoría de los que nos dedicamos a la cosa creativa. Que sí, que nos quemamos, que algunos abandonamos (especialmente alrededor de los 40), y otros sueñan con hacerlo cada vez que entran en una reunión de desarrollo… pero no todo es tan terrible como en ocasiones lo contamos. Y tampoco sufrimos tanto. O no más que cualquier otro profesional cuyos ingresos dependan de los vaivenes de un mercado tan inestable como en el que nos movemos nosotros.
Pero si todavía no hemos optado por sacarnos una oposición es por algo, no sólo porque seamos una pandilla de masoquistas…