“(…) Desprovistos de nuestra intimidad y vistos desde cierta distancia, todos somos personajes cómicos, bufones ridículos que avanzamos a trompicones por la vida, dejando todo tipo de desaguisados a nuestro paso, pero si miramos más de cerca, lo ridículo se transforma de pronto en sórdido, trágico o, simplemente, triste. (…)”.
De este libro de Siri Hustvedt: