"Mi trabajo (como animador) es completamente impersonal. Dibujo en el estilo de otra persona, usando planos que algún otro ha decidido, ilustrando el guión de otra persona. Es muy mecánico, pero en la animación eso es necesario, y reprimir el propio ego en beneficio de todos no es algo necesariamente malo.
De todos modos, para mí no hay nada como entrar en un mundo creado por una sola persona con una voz claramente distinta, una forma de entintar distinta, y una visión única. Pauline Kael escribió una crítica sobre Jean-Luc Godard cuando éste estaba empezando que siempre recuerdo. Comenta como era diferente al resto de la historia del cine porque podía hacer lo que quería. No se enfrentaba a los obstáculos políticos y económicos a los que se habían enfrentado todos los directores anteriores a él. Era libre para fracasar o triunfar únicamente en sus propios términos, no porque los productores hubieran cambiado su visión. Una de las cosas bonitas de los cómics independientes es que cualquiera puede tener y tiene esa libertad. No quiere decir que lo que produzcamos sea bueno, pero en un mundo que está incluso más dominado por el entretenimiento corporativo que en los años 60, no puedes superar eso. Todos somos auteurs".
El historietista Robert Goodin, de esta entrevista.