viernes, 15 de septiembre de 2006

Grabando NST


Antesdeayer comenzamos a grabar de nuevo Noche Sin Tregua. Aquí podéis ver algunas fotos.

Ah, la foto es de Óscar Palmer. Los melenudos son el grupo Mago de Oz.

miércoles, 13 de septiembre de 2006

HABLANDO CON GUIONISTAS (4)

Firma como “EL PIANISTA EN UN BURDEL”, y escribe un blog sobre el mundo del guión donde pueden leerse más verdades acerca de nuestro trabajo que en todos los manuales de escritura juntos. Quizá por eso se niega a dar ni una sola pista sobre su identidad. Yo lo he intentado, pero nada, no ha habido manera.

DM: ¿Crees realmente que si tus jefes supieran que eres "el pianista" podrían llegar a despedirte?

P: Los productores no necesitan excusas para despedir a un guionista, así que mejor no darles ideas, que mira lo que le pasó a Christine Axsmith o a Mark Jen.

DM: ¿Los guionistas de tele son un poco como los políticos, que tienen que respetar la "disciplina de partido"?

P: Cuando se escribe en equipo, es fundamental que todos los miembros tengan una visión común, lo que se consigue gracias a la biblia y al coordinador. Pero más que respetar una disciplina, se trata de mantener la coherencia en el tono y en los personajes, que permita al espectador identificarse con la serie. Pero una vez fijados unos criterios comunes, se llega a trabajar con bastante libertad. Es como componer todas las canciones que uno quiere, pero dentro de una sola tonalidad.

DM: Bueno, en realidad más que a cómo se hace el trabajo, me refería más bien a si se puede hablar luego con libertad de ese trabajo en Internet, entrevistas, etc. Cosa que creo nunca ocurre, a no ser que se haga, como en tu caso, bajo pseudónimo. Si uno se cree todo lo que lee, especialmente poco después del estreno de una serie o una película, todo ha ido siempre sobre ruedas, los miembros del equipo lo han pasado de miedo trabajando juntos, no hay a quien no le guste el resultado final... y nosotros sabemos que las cosas no son siempre así. Bueno, al menos en mi experiencia, más bien casi nunca son así. Por otra parte, yo trabajé una vez con un director que decía siempre "sin fricción no hay creación". Y algo de razón tenía.

P: Un punto de vista interesante, el de ese director. Sí que tiene cierta razón.
En cuanto a hablar del trabajo, es cierto que existen restricciones. En primer lugar, muchos contratos de guionista incluyen una cláusula específica de confidencialidad. Es lógico, dado que la originalidad y la sorpresa siempre son valores añadidos en un producto audiovisual. Por otro lado, como nuestro éxito depende de la aceptación del público, hay una cierta preocupación en la industria por ofrecer una imagen positiva.
Hay que tener en cuenta, además, que esta industria es muy, muy pequeña. Más o menos, todo el mundo se conoce. Y en este país, la autocrítica y el reírse de uno mismo no son valores en alza, así que resulta arriesgado ir contando anécdotas sobre fricciones y meteduras de pata. En mi caso, siempre intento hacerlo con humor. Primero, porque yo también tengo mis momentos patéticos. Y también porque no somos cirujanos: si cometemos un fallo, nadie se muere. Así que, salvo excepciones, las pequeñas miserias que ocurren entre bastidores son más motivo de risa que de preocupación o de noticia.
En cualquier caso, siempre he pensado que esas anécdotas sólo nos interesan a los profesionales. El público no paga por conocer los detalles de nuestro trabajo, sino el resultado. Por eso detesto los making of. Para empezar, nunca cuentan realmente cómo se hizo. Y además, ¿a quién le importa? El espectador de un truco de magia siempre se pregunta ¿cómo ha hecho eso? Pero, en realidad, prefiere no saberlo. Porque la explicación de un truco siempre es decepcionante comparada con el truco mismo.

DM: Lo malo de los "makings of" es que en realidad son publireportajes disfrazados de documentales. Lo que sí he visto a veces es que a algunos guionistas novatos les crean unas expectativas algo... irreales quizá... respecto a la profesión. Yo desde luego no tenía ni idea de cómo eran las cosas realmente antes de empezar a trabajar profesionalmente. Y mira que había leído todo lo que se podía leer sobre guión (aunque también es cierto que entonces había menos que ahora, ¡estamos hablando de la era pre Internet!) ¿La tuya fue una experiencia parecida? Ya que estamos... ¿cuántos años tienes? ¿eres de mi quinta o más joven?

P: Mi experiencia fue algo distinta. Aunque mi vocación siempre fue escribir, mi primer empleo en la tele fue como realizador. De modo que, cuando me tocó escribir para una serie, ya estaba familiarizado con la economía stajanovista que caracteriza la producción audiovisual española, no me hacía ilusiones de escribir con total libertad.
En cuanto a la edad, lo más que te puedo decir es que la cifra está compuesta por dos números primos... De momento.

DM: ¿Y en cuanto a créditos, qué has hecho? ¿Sobre todo televisión o también cine?


P: ¿Créditos? Jamás pedí ninguno. Esa fiebre nacional de hipotecarse no va conmigo. Lo más que he hecho es sablearle un millón de pelas a un tío político para financiar un corto. Y no se lo recomiendo a nadie. Porque como decía Max Bialystock, hay dos reglas de oro en el mundo del espectáculo. La primera: nunca pongas tu propio dinero en el show. Y la segunda: ¡NUNCA PONGAS TU PROPIO DINERO EN EL SHOW! Postdata: ya sé que me estabas preguntando otra cosa.

DM: ¿Y por qué un blog? ¿cuándo decidiste empezar a escribirlo?


P: Por egolatría, porque soy un bocazas, y porque mi profesionalidad me impide meter paja en los guiones, pero nadie me impide verterla en Internet bajo pseudónimo... Y ya en serio: empecé este blog en noviembre de 2005 porque creía que la visión de un profesional podría ser interesante para la gente que se dedica (o se quiere dedicar) a esto y, hasta cierto punto, también podría aportar cierta perspectiva a espectadores que se interesasen por el proceso creativo.

DM: Y alguna vez, según el blog se ha ido haciendo más popular, no te han entrado ganas de decir... " ¡El pianista soy yo!".

P: Te agradezco que digas que el blog es popular, pero aún está lejos de estimular mi vanidad hasta el punto de quitarme la máscara.
Por otra parte, sería una pequeña traición, ¿no? Tendré que hacer una encuesta entre los lectores, a ver si quieren que mantenga el disfraz, o prefieren conocer mi vulgar identidad.

martes, 5 de septiembre de 2006

Un veterano

“(...) pero en mis segundos cinco años en Hollywood pasé a trabajar en “desarrollo”. Me encargaba de preparar los pilotos de series nuevas, de hacer guiones de películas y ganaba mucho más dinero que antes, más que en ningún momento de mi vida (...) . Pero era para volverse loco y creo que fue lo que hizo que acabara dejándolo. Me pasaba un año entero desarrollando personajes, argumentos, haciendo retoques, escribiendo guiones y, al final, había cuatro personas que se sentaban en un despacho a ver el resultado y yo no tenía ni voz ni voto. Hay gente a la que no le importa; hay escritores que están encantados con sus cheques de un millón de dólares y los coches de lujo, que trabajan en desarrollo el tiempo que haga falta sin que les importe si llega o no a producirse nada con tal de permanecer sentados encima de su barril de dinero. Me parece estupendo, pero para mí no es suficiente; yo necesito la comunicación, y eso es lo que recibo con Canción de Hielo y Fuego”.

George R.R.Martin

¡Lo malo es que en España no nos llega para los coches de lujo!

La entrevista completa la podéis leer en el número 40 de la revista Gigamesh.

jueves, 24 de agosto de 2006

NST strikes back


Después de darle muchas vueltas al programa que debía sustituir a Noche Sin tregua, al final Paramount Comedy ha decidido que... vuelva Noche Sin Tregua. Como dice Pepón, uno de los guionistas del programa: “algunas cosas es mejor dejarlas como están”. Aún así, habrá cambios y, esperamos, también mejoras. En Octubre podréis ver con vuestros propios ojos si hemos ido a mejor o a peor.

jueves, 17 de agosto de 2006

De vacaciones...


...en Maine, la tierra del rey.

Y si, esa es su casa, en Bangor.

(desde un ordenador que no permite poner acentos).

viernes, 4 de agosto de 2006

Que no, que no es para tanto

Un inciso: sé que a veces, leyendo las entradas que cuelgo en este blog, puede parecer que ser guionista es una profesión terrible, que sólo nos genera sufrimiento a los que la practicamos. Cosa que me preocupa un tanto, ya que me da la impresión de que algunos de los comentarios que recibo los escribe gente que está empezando en esto. Y no me gustaría desanimarlos. Porque pese a esos productores que hacen lo posible para evitar pagarnos lo que deben, pese a los directores que nos ningunean en los making ofs de los DVD, pese a que el 75% de lo que vamos a escribir en nuestras vidas no lo van a leer más que nuestras sufridas parejas y/o amigos, y aunque conseguir escribir una película que sientas totalmente tuya sea más difícil que descubrir la fórmula de la Coca Cola… si realmente es a lo que quieres dedicarte, ser guionista merece la pena. ¿Qué no resulta fácil? Pues no. Pero tampoco suele ser una vida ni previsible ni aburrida, ya sea sólo porque normalmente no tienes ni idea de que vas a estar haciendo (ni ganando) dentro de un mes. Y no creo que el día a día de los fontaneros, los psicólogos, los camareros o los profesores de instituto sea más sencillo, o esté menos exento de problemas, de disgustos y de reveses que el nuestro. Sólo que ellos no acostumbran a escribir blogs, ni suelen tener ese carácter en tránsito constante entre lo melancólico y lo peleón, el subidón y el bajón, con un punto exhibicionista además, que caracteriza a la mayoría de los que nos dedicamos a la cosa creativa. Que sí, que nos quemamos, que algunos abandonamos (especialmente alrededor de los 40), y otros sueñan con hacerlo cada vez que entran en una reunión de desarrollo… pero no todo es tan terrible como en ocasiones lo contamos. Y tampoco sufrimos tanto. O no más que cualquier otro profesional cuyos ingresos dependan de los vaivenes de un mercado tan inestable como en el que nos movemos nosotros.
Pero si todavía no hemos optado por sacarnos una oposición es por algo, no sólo porque seamos una pandilla de masoquistas…

miércoles, 2 de agosto de 2006

HABLANDO CON GUIONISTAS (3)

Sigo “hablando con guionistas”. Desde el principio mi idea para esta sección ha sido conversar tanto con profesionales asentados, de mi generación o anteriores, como con gente que lleva relativamente poco tiempo trabajando. Y a este último grupo (aunque en su caso lo de “poco” es relativo), pertenece ÁNGELA ARMERO.
Pese a su juventud, Ángela ya ha desarrollado algunos proyectos de películas para televisión y de series. También ha escrito varios guiones de largometraje y realizado y coescrito varios cortometrajes en cine y vídeo. Además, su nombre aparece en los créditos de las series 20 tantos y Mira qué pelos, y tiene un blog que actualiza regularmente.


Empecemos.

DM: ¿Cuándo y cómo decides que quieres ser guionista?

AA: Siempre me gustó escribir y siempre me gustó el cine, así que supongo que surgió de una manera natural. Eso sí, como soy hija única, crecí viendo muchísima tele, muchísimas películas, y escribiendo historias para no aburrirme tanto (me aburría a todas horas), aunque nada más allá de relatos cortos. El día que cristalizó mi deseo de dedicarme a esto (o al menos intentarlo) fue cuando vi El tercer hombre en la filmoteca de Madrid. Creo que tenía 13 años. Me pareció una peli tan fascinante que pensé: "A mi me gustaría hacer algo así algún día".

DM: ¡A los 13 años! No me digas que entonces a los 14 años ya estabas escribiendo guiones...

AA: No. Con 14, 15 años simplemente era un poco repelente, leía los míticos manuales de Syd Field y me llenaba la boca con los puntos de giro y los antagonistas (sin saber de qué estaba hablando), pero no perpetré mi primer guión hasta llegar a primero de la ECAM. Era un mediometraje metafísico chusquero. Cuando me acuerdo de Creyentes, todavía me dan escalofríos de lo malo que era. Y creo que no soy la única.

DM: ¿Cuándo te pagaron por primera vez por escribir?

AA: La primera vez fue por encargo de una productora en la que yo analizaba guiones. Un compañero de la ECAM, Pablo Fernández, y yo escribimos un proyecto de serie diaria. Me hizo mucha ilusión, aunque el proyecto no llegó a ninguna parte. La primera vez que vendí un guión fue en 2002, se llamaba El club de los aviones, basado parcialmente en mi proyecto de fin de estudios. Lo escribí con Roberto Santiago, con quien que he seguido trabajando. Del mismo modo, tengo un recuerdo muy feliz de ese momento, aunque tampoco se haya materializado.

DM: Entonces, ¿recomendarías a los aspirantes a guionista que estudiaran guión, sino en la ECAM, en alguno de los másters que hay por ahí? ¿Aunque sólo sea para hacer contactos? Parece que por Ej. a ti y a Carlos Molinero (el primer entrevistado de esta sección) os ha funcionado.

AA: Tengo compañeros que la aborrecen, pero para mí estudiar en la ECAM o similar es muy recomendable. Aprendes la teoría, durante tres años tienes motivación suficiente para escribir casi a diario, y tienes unos profesores que están muy bien. Casi lo más valioso de estudiar allí es rodearte de gente que es como tú: gente que ama el cine y que ama escribir, y que está en pleno proceso de aprendizaje. Tanto que aprendes un 50% de tus profesores y otro 50% de los aciertos y fallos de tus compañeros, y de lo que ellos opinan de tu trabajo. En cuanto a los contactos, eso es relativo. Puede que los hagas y puede que no. Pero más importante que tener contactos (sobre todo al principio) es habituarse a escribir y a reconocer tus errores. De los másters no sé nada, pero conozco a gente a la que le han funcionado.

DM: Ahora, si no me equivoco, tienes 26 años, ¿no? O sea que llevas moviéndote como profesional seis años.

AA: Sí. Tengo 26 años y empecé a trabajar en 2000.

DM: Mis alumnos me preguntan muchas veces cómo se hace para convertirse en profesional del guión, cómo "entrar" en la industria, y casi nunca sé qué responder, sobre todo porque la mía fue una manera muy atípica que no sirve de ejemplo (nunca estudié guión, empecé a plantearme seriamente la posibilidad de ser guionista a los 26 o 27 años, y el primer guión que vendí se rodó). Nos separa casi una década, así que a lo mejor tu experiencia les puede resultar más útil. Yo tengo la sensación de que al menos hay más trabajo que hace una década. Desde luego el número de canales de televisión que emiten series españolas se ha quintuplicado.

AA: Lo de "entrar en la industria" es algo muy azaroso. Se habla mucho de los contactos y es verdad que son muy necesarios, pero tan positivo como tenerlos es saber administrarlos bien. Por ello yo recomendaría (me hago gracia recomendando nada) a todos los guionistas noveles que escribieran un primer guión del que se sientan satisfechos (o un buen tratamiento)a modo de presentación. Yo iría con ese primer buen trabajo a productoras o directores, preferiblemente si te conocen de algo, claro. Tampoco hay que llamarse a engaño: si no te conocen de nada, a lo mejor no lo leen, especialmente en las productoras grandes. Pero hay muchas productoras pequeñas que sí pueden prestarle atención a un buen guión, sobre todo si es barato y original. Ir con un guión bajo el brazo es mucho más eficaz que mandar un currículum diciendo que has estudiado en tal sitio y que has coescrito dos cortos.
Por otro lado y como dices, el panorama laboral ha cambiado bastante. He oído que hace unos meses una productora fue a hacer pruebas para una serie semanal a la ECAM, a los alumnos de guión. Eso no sucedió mientras yo estudiaba, es obvio que hay una mayor necesidad de guionistas, especialmente para televisión. Lo del cine es otro cantar, claro.

DM: ¿Cuál sería el desarrollo ideal de tu carrera? ¿Qué es lo que te gustaría realmente hacer?

AA: Me alegro de que me hagas esa pregunta... O no. No lo tengo muy claro. Creo que, a pesar de que no he tenido demasiada suerte en cuanto a créditos se refiere, soy afortunada porque llevo tiempo trabajando en proyectos muy buenos y con gente con la que he aprendido mucho, así que me gustaría seguir participando en proyectos de cine como hasta ahora. Eso sí, no me importaría involucrarme más en televisión, ya que no llegar a ver nunca lo que escribes en pantalla como bien sabes es un poco frustrante. Además la televisión es más rentable y tiene una inmediatez y un alcance que envidio.
También me gustaría hacer algún corto. Nunca quise dirigir pero en este tiempo me he dado cuenta de que tienes más posibilidades de materializar tus guiones si eres director guionista que si solo eres guionista. Sólo hay que mirar la cartelera para darse cuenta de que el margen para el guionista "pureta" es bastante estrecho. De todos modos, tampoco es una prioridad. Me gustaría seguir aprendiendo y disfrutando del oficio. Y conseguir algún crédito para que mi familia sepa que no me dedico al narcotráfico.

DM: ¿Pero ahora vives de los guiones? ¿O los compatibilizas con otros trabajos?

AA: Por suerte llevo unos cuatro o cinco años viviendo exclusivamente de esto.

DM: ¿Y qué hay de ese guión que tienes con una productora norteamericana?

AA: Se trata de una opción de compra sobre un guión de género que escribí en español y que traduje con ayuda de un amigo, Edward Harrison. En colaboración con los productores, adaptamos el guión a EE.UU. (cambian una infinidad de detalles, claro) y me sugirieron algunas modificaciones, pero en esencia sigue siendo la misma historia. Ha sido una gran experiencia y un buen "chute" de motivación. Por supuesto, al igual que aquí, materializar los guiones es una lotería... y hay que comprar todos los números que se pueda.