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jueves, 25 de febrero de 2010

Gente que sabe

Como tantas otras cosas interesantes, he descubierto este artículo gracias a la página de mi amigo Óscar Palmer.


De todas las citas del artículo, yo me quedo con las que he pegado a continuación, sobre todo porque tienen bastante que ver con las cosas de las que se ha hablado en los comentarios de mi última entrada para Bloguionistas (las dos primeras las ha traducido Óscar y las otras yo):

No intentes escribir para un "lector ideal". Puede que exista, pero está leyendo el libro de otro.
Joyce Carol Oates

No te preocupes nunca por las posibilidades comerciales de un proyecto. Si alguien tiene que preocuparse de eso son los agentes y los editores. O no. Conversación con mi editor norteamericano. Yo: "Estoy escribiendo un libro tan aburrido, de un atractivo comercial tan reducido, que si lo publicas probablemente pierdas tu puesto de trabajo". Mi editor: "Ese es precisamente el motivo de que quiera un trabajo como este".
Geoff Dyer

Solo los malos escritores creen que su trabajo es realmente bueno.
Anne Enright


Mantén la atención del lector (...). Pero no sabes quién es el lector, así que es como disparar a peces* con un tirachinas en la oscuridad. Lo que fascina a A aburrirá de lo lindo a B.
Margaret Atwood  

*Si no me equivoco esta frase hace referencia a la expresión "shooting fish in a barrel" ("disparar a peces en un tonel" , que viene a significar que algo que te propones es tan fácil que no hay manera de fallar al hacerlo). Entonces, lo que dice la Atwood sería lo contrario, que se trata de algo imposible.

jueves, 13 de agosto de 2009

Terminando con Terminator

¿La manera más rápida de convertir en un sinsentido la historia de una película? Pues muy fácil. Como quieres que lo interprete un actor famoso, infla a un personaje secundario y su subtrama para darle más importancia sin cambiar apenas el resto de la historia. Parece ser que eso es lo que hizo McG, el director del último (y para mí, desastroso) Terminator, cuando Christian Bale le dejó claro tras su primera entrevista para hablar del guión que sólo así aceptaría ponerle cara a John Connor. Los “perpetradores” (pero no responsables) del desaguisado fueron Jonathan Nolan -otro requisito de Bale- y Paul Haggis, quienes, si no me equivoco, no aparecen acreditados en la película (al menos sus nombres no están en la ficha de la IMDB, y no recuerdo si los vi en el cine). Lo acabo de leer en un artículo de la revista Empire, en el que McG habla de ello como de algo positivo. Y aunque tanto Nolan como Haggis han escrito muy buenos guiones por su cuenta, "parchear" un guión ajeno es a veces más difícil que partir de cero y su trabajo nunca llega a dar la impresión de formar parte de la misma película cuya (en teoría) trama principal protagoniza Sam Worthington.
Lo irónico del asunto es que Christian Bale tenía razón. No creo que sus razones fueran esas, pero lo que los fans de la serie llevábamos queriendo ver desde hace 20 años era a John Connor liderando la guerra de la resistencia humana contra los Terminators. Sólo que para haber contado eso en condiciones probablemente habría que haber tirado el guión a la basura y retrasar el rodaje un año para escribir uno nuevo. Algo que es imposible con una fecha de estreno anunciada antes de empezar a rodar.
Mira que le estoy dando vueltas a Terminator Salvation, pero, como comentaba en una entrada anterior, me parece un ejemplo bastante claro de cómo pueden torcerse las cosas durante el desarrollo de un guión. Resulta muy frustrante (sobre todo si la historia que tienes funciona bien tal y como está), tener que retocar un guión sabiendo que lo estás empeorando y que encima lo haces por razones que poco o nada tienen que ver con escribir una buena película. Y más frustrante es aún firmar un guión que, ya no es que contenga partes escritas prácticamente al dictado, sino que ni siquiera has escrito tú totalmente. Pero así es el cine. A mí me ocurrió con Los Totenwackers y todavía no he sido capaz ni de ver la película acabada (ya tuve bastante con un primer montaje sin los efectos especiales). Luego, cuando te felicitan o te critican por el guión (y las dos cosas me han pasado con Los Totenwackers), te quedas con cara de tonto y sin saber qué decir. Sobre todo cuando el comentario viene de alguien que no trabaja en esto. No es plan de darle una charla de media hora para explicarle porque no te sientes aludido ni por la felicitación ni por la crítica. Y eso que al menos en ese caso la historia era más o menos parecida a la que habíamos escrito Antonio Trashorras y yo. En muchas otras ocasiones (y ya hablaré algún día aquí de Eskalofrío, donde ambos aparecemos junto a otros cuatro nombres en los créditos finales de una película que sólo tiene tres o cuatro escenas que se dan un aire a lo que escribimos nosotros), no ocurre ni eso. El ejemplo más reciente que se me ocurre de guionista acreditado pese a que en la película estrenada no queda casi nada de lo que escribió (y puede que lo haya mencionado ya en el blog, perdonad si me repito), es el de Hancock. Si tenéis curiosidad por saber hasta que punto los créditos de un largo pueden ser engañosos, podéis leer aquí el guión original.

miércoles, 12 de agosto de 2009

Cambios

Hace tres semanas, el que en principio iba a ser el director de la película que estoy escribiendo para Filmax (de título provisional “Exorcismus”) Luís de la Madrid (“La monja”), decidió abandonar el proyecto. Su sustituto es Manuel Carballo, el director de “El último justo”.
La verdad es que no pensaba hablar de ello en el blog, pero como ya me han llegado un par de comentarios al respecto algo desinformados, me gustaría aclarar que la salida de Luis ha sido bastante tranquila; dado que él y los productores veían de forma muy distinta cómo debía desarrollarse el rodaje de la película, han decidido de mutuo acuerdo no seguir trabajando juntos. Y me parece una decisión inteligente por parte de todos. Convertir el rodaje en un campo de batalla entre producción y dirección, sobre todo en una película de bajo presupuesto como está, donde no puede desperdiciarse un solo minuto en algo que no sea rodar, suele ser una idea desastrosa.
En cuanto al guión, aunque se había dado por terminado hace más o menos un mes, lógicamente la entrada de Manuel ha supuesto una nueva reescritura. Pese a que estas cosas siempre dan un poco de miedo (algunas veces la entrada de un nuevo director puede suponer que de un día para otro el trabajo de todo un año no valga para nada), estoy bastante contento con el resultado. La historia sigue siendo básicamente la misma -si acaso creo que el nuevo “Exorcismus” es una película un poco más terrorífica que la que iba a rodar Luís-, pero las dos semanas de trabajo extras que hemos tenido nos han venido bien para afinar algunos momentos de los que todavía no estábamos de l todo satisfechos y para incluir varias ideas que han surgido a última hora. Además, como ya me pasaba con Luís, creo que Manuel tiene muy claro cómo sacarle partido a la historia.
Tengo la intención de escribir una entrada próximamente hablando sólo de ello, pero lo cierto es que los guionistas de cine somos tan buenos (o tan malos) como los directores con los que trabajamos. Y, cuando participan en el proceso creativo, también como los productores y los jefes de desarrollo. Por Ej. sólo así se explica que los mismos guionistas que han escrito la nueva película de Star Trek sean también los autores del bochornoso guión de la segunda película de Transformers.
Siendo una escritura tan (y nunca mejor dicho) dirigida, a menudo la única versión que podemos considerar “nuestra” es la primera que entregamos. Suele ser tosca e imperfecta, pero todas las decisiones las hemos tomado nosotros. Y esa versión casi nunca es la que se rueda. Que yo sepa, en el cine norteamericano sólo lo hace habitualmente Clint Eastwood (y de todos modos, suele trabajar con guiones desarrollados previamente por productoras) y en alguna ocasión, Tim Burton (eso fue lo que me contó una vez uno de los guionistas de Ed Wood). En el cine español no conozco ni un solo ejemplo. Aunque, cuidado, no quiero decir que el guión sea necesariamente mejor si el director no supervisa las reescrituras. Como decía antes, depende del director. Algunos mejoran el material y otros lo empeoran. Es inevitable que acaben haciendo una cosa u otra. Porque incluso aquellos que no intentan reformular la historia completamente, influyen sobre muchísimos detalles (desde el tono de los diálogos a la ejecución de las escenas o mil y una decisiones menores que al final resultan no serlo tanto) que pueden marcar la diferencia entre una película que funciona y otra que no.
Por lo que sé, el rodaje de “Exorcismos” empieza el 5 de Octubre. Espero poder acercarme un par de días para, además de cotillear, hacer algunas fotos que prometo subir al blog.

martes, 4 de marzo de 2008

Un consejo para J.J.Abrams.

Aunque lo mismo ya es demasiado tarde...

-(..) How dice que “el doctor Doyle siempre concibe primero el desenlace de la historia y que la escribe pensando en ese final”. No me lo habías dicho Arthur.

-¿No? Quizá porque es más simple que respirar. ¿Cómo va a tener sentido el principio si no conoces el final? Si lo piensas, es totalmente lógico. (…)

Arthur Conan Doyle habla con su esposa en la (estupenda) novela Arthur & George, de Julian Barnes.