Siempre me han interesado las historias que cuentan lo fácil que resulta que cuando eres un niño o un adolescente tu vida se vaya a la mierda de un día para otro y se convierta en un infierno. Ahora lo llaman “bullying” y los abusones graban sus vejaciones con teléfonos móviles, pero por desgracia es algo que ha ocurrido siempre y que dudo mucho que deje de ocurrir mientras para muchos la manera más fácil de marcar su territorio siga siendo machacar al compañero más débil.
Hace unos años escribí un álbum en el que contaba una historia de acoso escolar ambientada en los años 80, en los días alrededor del golpe de estado del 23F (Miedo, coescrito con Antonio Trashorras y dibujado por Javier Rodríguez) y en estos momentos estoy trabajando en dos proyectos que tratan el mismo tema. Por eso, porque es algo que me interesa, y también porque como guionista me gusta saber cómo lo abordan los demás para intentar distanciarme lo más posible de obras que ya están publicadas o estrenadas, he leído esta semana La jauría y la niebla, una novela de Martín Casariego (del que hace tiempo ya leí un par de novelas juveniles que también me gustaron bastante), y he visto la película Ben X, dirigida y escrita por el belga Nic Balthazar a partir de su propia novela. Ambas me han interesado mucho. Iba a decir que las he “disfrutado”, pero más bien las he sufrido. Especialmente la novela de Casariego. Varias veces he estado a punto de no seguir leyendo de lo difícil que me estaba resultando aguantar tanta crueldad. Y si no fuera una novela tan bien escrita y tan bien contada, creo que lo habría hecho.
En realidad, si las recomiendo aquí no es porque hablen del acoso escolar, sino porque me parece que, independientemente del tema que tratan, merecen realmente la pena. A pesar de compartir momentos muy parecidos (algo inevitable al abordar este tipo de historias), están contadas de una manera muy interesante y relativamente inusual. En el caso de la novela, hay tres puntos de vista: el de un niño de ocho años al que un compañero acaba de revelarle que los Reyes Magos no existen, el del adolescente que sufre el maltrato, y el de un viejo escritor que va a dar un par de charlas al colegio vasco en el que estudian tanto el niño como el adolescente. Como me pasa cada vez que leo una buena novela, envidio la capacidad de los escritores para conseguir que lo más interesante de lo que cuentan no sea exactamente lo que pasa, sino cómo lo viven quienes lo protagonizan, algo que, salvo que uses una voz en off (y ni siquiera), le está vedado al cine; y también que pueden permitirse personajes complejos, impulsados por motivaciones a veces hasta contradictorias, que resulta imposible explicar en dos o tres líneas (y mucho menos en una reunión con un ejecutivo de televisión…). Curiosamente, mis momentos preferidos del libro no son los protagonizados por el chico acosado sino por el escritor, un tipo desencantado que no sabe muy bien qué hace tan lejos de casa, hablándoles de su libro a un montón de chavales a los que lo mismo les daría que ese día no se hubiera levantado de la cama.
Por otra parte, Ben X es algo más optimista que La jauría y la niebla, sobre todo gracias a un giro final que quizá resulta un poco forzado (más que un giro es un triple salto mortal). El protagonista, el Ben X del título, es un adolescente autista al que sus compañeros de clase humillan constantemente, enganchado a los juegos en red tipo World of Warcraft (el único lugar donde puede relacionarse con normalidad con otros chavales de su edad, e incluso "conocer" chicas). Creo que se ha estrenado hace poco aquí en cine, aunque malamente, en muy pocas salas y doblada. Yo la vi en DVD gracias a que ya hace un año que se editó en Inglaterra. Supongo que saldrá en España en poco tiempo, como suele ocurrir con todas esas películas que solo se estrenan durante una semana en algún cine de la periferia de Madrid y Barcelona para -según me contó una vez un amigo que trabaja en una distribuidora-, poder cobrar más caros los derechos de la edición del DVD alegando que ha pasado antes por los cines. Y en este caso es una pena, porque es una película que podría haber llegado a un público mucho más amplio de haber sido exhibida en condiciones.
Y a menudo, cuando pienso en estas cosas, me acuerdo de la que probablemente es mi escena preferida de Donnie Darko (y perdonad que no la haya traducido, pero no tengo tiempo, y la única versión del guión que hay en Internet está en inglés):
INT. MAIN HALLWAY - NEXT (3:15. P.M.)
And with that... Ms. Pomeroy turns and walks down the hallway with her career in a cardboard box... heading towards the bright Friday afternoon sunlight.
Donnie walks back down the hallway... lost in his own
introspection.
Across the way... at her locker... as Cherita Chen. Donnie
approaches her slowly like a cat.
She turns from her locker... and they make eye contact.
She looks at him warily, frightened. A book falls from her
arms onto the floor.
Written in large letters on the brown book cover is his name. DONNIE DARKO.
He comes face to face with her, grabs her earmuffs with both hands, and touches his forehead to hers as if he were going to kiss her.
DONNIE
(long beat)
I promise that one day things will
get better for you.
Cherita holds still for a moment, trembling, and then jerks
back from him. Her earmuffs come off in his hands.
She backs away from him slowly. A single tear rolls down her cheek.
CHERITA
Chut... up!
She then turns and runs down the hall... disappearing from
sight.
Ojalá todos hubiéramos tenido un Donnie Darko para decirnos que algún día el colegio, o el instituto, se acabaría. Aunque probablemente, como le pasa a Cherita, no le habríamos creído…
Hace unos años escribí un álbum en el que contaba una historia de acoso escolar ambientada en los años 80, en los días alrededor del golpe de estado del 23F (Miedo, coescrito con Antonio Trashorras y dibujado por Javier Rodríguez) y en estos momentos estoy trabajando en dos proyectos que tratan el mismo tema. Por eso, porque es algo que me interesa, y también porque como guionista me gusta saber cómo lo abordan los demás para intentar distanciarme lo más posible de obras que ya están publicadas o estrenadas, he leído esta semana La jauría y la niebla, una novela de Martín Casariego (del que hace tiempo ya leí un par de novelas juveniles que también me gustaron bastante), y he visto la película Ben X, dirigida y escrita por el belga Nic Balthazar a partir de su propia novela. Ambas me han interesado mucho. Iba a decir que las he “disfrutado”, pero más bien las he sufrido. Especialmente la novela de Casariego. Varias veces he estado a punto de no seguir leyendo de lo difícil que me estaba resultando aguantar tanta crueldad. Y si no fuera una novela tan bien escrita y tan bien contada, creo que lo habría hecho.
En realidad, si las recomiendo aquí no es porque hablen del acoso escolar, sino porque me parece que, independientemente del tema que tratan, merecen realmente la pena. A pesar de compartir momentos muy parecidos (algo inevitable al abordar este tipo de historias), están contadas de una manera muy interesante y relativamente inusual. En el caso de la novela, hay tres puntos de vista: el de un niño de ocho años al que un compañero acaba de revelarle que los Reyes Magos no existen, el del adolescente que sufre el maltrato, y el de un viejo escritor que va a dar un par de charlas al colegio vasco en el que estudian tanto el niño como el adolescente. Como me pasa cada vez que leo una buena novela, envidio la capacidad de los escritores para conseguir que lo más interesante de lo que cuentan no sea exactamente lo que pasa, sino cómo lo viven quienes lo protagonizan, algo que, salvo que uses una voz en off (y ni siquiera), le está vedado al cine; y también que pueden permitirse personajes complejos, impulsados por motivaciones a veces hasta contradictorias, que resulta imposible explicar en dos o tres líneas (y mucho menos en una reunión con un ejecutivo de televisión…). Curiosamente, mis momentos preferidos del libro no son los protagonizados por el chico acosado sino por el escritor, un tipo desencantado que no sabe muy bien qué hace tan lejos de casa, hablándoles de su libro a un montón de chavales a los que lo mismo les daría que ese día no se hubiera levantado de la cama.
Por otra parte, Ben X es algo más optimista que La jauría y la niebla, sobre todo gracias a un giro final que quizá resulta un poco forzado (más que un giro es un triple salto mortal). El protagonista, el Ben X del título, es un adolescente autista al que sus compañeros de clase humillan constantemente, enganchado a los juegos en red tipo World of Warcraft (el único lugar donde puede relacionarse con normalidad con otros chavales de su edad, e incluso "conocer" chicas). Creo que se ha estrenado hace poco aquí en cine, aunque malamente, en muy pocas salas y doblada. Yo la vi en DVD gracias a que ya hace un año que se editó en Inglaterra. Supongo que saldrá en España en poco tiempo, como suele ocurrir con todas esas películas que solo se estrenan durante una semana en algún cine de la periferia de Madrid y Barcelona para -según me contó una vez un amigo que trabaja en una distribuidora-, poder cobrar más caros los derechos de la edición del DVD alegando que ha pasado antes por los cines. Y en este caso es una pena, porque es una película que podría haber llegado a un público mucho más amplio de haber sido exhibida en condiciones.
Y a menudo, cuando pienso en estas cosas, me acuerdo de la que probablemente es mi escena preferida de Donnie Darko (y perdonad que no la haya traducido, pero no tengo tiempo, y la única versión del guión que hay en Internet está en inglés):
INT. MAIN HALLWAY - NEXT (3:15. P.M.)
And with that... Ms. Pomeroy turns and walks down the hallway with her career in a cardboard box... heading towards the bright Friday afternoon sunlight.
Donnie walks back down the hallway... lost in his own
introspection.
Across the way... at her locker... as Cherita Chen. Donnie
approaches her slowly like a cat.
She turns from her locker... and they make eye contact.
She looks at him warily, frightened. A book falls from her
arms onto the floor.
Written in large letters on the brown book cover is his name. DONNIE DARKO.
He comes face to face with her, grabs her earmuffs with both hands, and touches his forehead to hers as if he were going to kiss her.
DONNIE
(long beat)
I promise that one day things will
get better for you.
Cherita holds still for a moment, trembling, and then jerks
back from him. Her earmuffs come off in his hands.
She backs away from him slowly. A single tear rolls down her cheek.
CHERITA
Chut... up!
She then turns and runs down the hall... disappearing from
sight.
Ojalá todos hubiéramos tenido un Donnie Darko para decirnos que algún día el colegio, o el instituto, se acabaría. Aunque probablemente, como le pasa a Cherita, no le habríamos creído…