lunes, 9 de noviembre de 2009

Miedo

(...) para que no les ocurriera lo que les ocurre a las parejas, que siempre se dejan cuando están demasiado cargadas de un estilo de vida propio, un estilo que no se parece a nada más que a sí mismo, sí, las parejas se dejan en el momento en que están más cargadas de vida, de cotidianidad, de belleza, por plano y aburrido que sean ese estilo de vida propio, esa cotidianidad y esa belleza, se dejan cuando están en el más alto grado de potencia humana concebible, en efecto las parejas se asustan por tal perfección, se separan y generan una ruina, un lugar ya solo soñado, una complejísima zona de afectos, lazos, odios, entendimientos, objetos, experiencias que para siempre ya será inhóspita para el mundo ya que nadie la conocerá jamás, y por eso ella y yo sabíamos que una vez realizado el Proyecto que nos había llevado hasta allí tras un año de continua gestación y trabajo y estudio, sería también nuestro fin y pasaríamos al estado de ruina, a lo inhóspito (...).

De Nocilla Lab, de Agustín Fernández Mallo (Alfaguara, 2009), una novela que aún no he terminado de leer pero que, más allá de su afan experimental (por Ej. se cierra con un cómic ilustrado por Pere Joan) me recuerda mucho a ciertos libros de Juan José Millás. De hecho, creo que el párrafo anterior no estaría fuera de lugar en Laura y Julio.

*Esta mañana, mientras venía al trabajo en el tren, he terminado de leerlo. La primera parte, en la que del tirón, sin párrafos ni puntos (ni seguidos, ni aparte, ni un punto) Fernández Mallo reflexiona sobre la vida, el amor, la muerte, la creación, etc. sobre un hilo argumental bastante tenue, me ha parecido muy interesante; pero con la segunda, en la que más o menos viene a contar una “historia”, he empezado a aburrirme y, si he seguido adelante ha sido porque soy incapaz de dejar un libro cuando me quedan tan pocas páginas para llegar al final. Que pena que al final tanta brillantez esté al servicio de una excusa narrativa como de corto de recién licenciado en Bellas Artes (y sé de lo que hablo; yo fui uno de esos licenciados).