lunes, 16 de abril de 2007

El gabinete de los 300

Estos días estoy leyendo un borrador de la traducción de The Monster Show, una historia cultural del horror, de David J. Skal, que ha hecho mi amigo Oscar Palmer. El libro, una lectura imprescindible para todos los aficionados al cine de terror, será publicado dentro de muy poco por Valdemar. Y ha habido un párrafo sobre la ruptura estilística respecto a lo que entonces se consideraba "cine de verdad" que supuso en 1920 la película de Robert Wiene El gabinete del Doctor Caligari (al apropiarse de la estética de la pintura expresionista alemana para contar una historia de corte macabro), que me ha llamado especialmente la atención. La razón es que, si bien es imposible que 300 tenga hoy la repercusión que tuvo Caligari en su época, lo que vais a leer a continuación me ha recordado a algunos comentarios que se han publicado estos días sobre la película de Zack Snyder. Para según que cosas, no pasa el tiempo…

Una aclaración: al igual que otros críticos de entonces, Ezra Pound consideraba erróneamente a Caligari cubista y no expresionista.

“Sin embargo, la controversia crítica acerca de Caligari no amainó, y no todos los comentaristas se mostraron de acuerdo con el punto de vista expuesto por la revista cinematográfica Shadowland, ampliamente aceptado, de que Caligari “posee la auténtica emoción y conmoción del arte”. Dos años más tarde, Ezra Pound seguía quejándose de Caligari. Su argumentación era que una película debería ser “esencialmente cinematográfica y no un mero travestismo o degradación de otro arte”, y veía el film como una prueba más de “la debilitación de la mente popular”. Pound escribió que Caligari “ha plagiado sus efectos visuales, con pusilánimes impertinencias”, para luego acabar afirmando: “Esta película no es cubismo; representa los delirios etcétera…”. Precisamente, delirios que no podrían haberse desarrollado sin el trabajo previo de los nuevos artistas”.