Se llama Los valientes andan solos (Lonely are the Brave, David Miller, 1962) y Kirk Douglas dice de ella que es la mejor película que ha protagonizado. Y puede que tenga razón. Se trata de un western ambientado en los años 50, épico, emocionante y con un final tremendamente conmovedor. La tantas veces mal utilizada palabra “crepuscular” se inventó para adjetivar películas como esta. Yo la conozco porque es la película preferida de mi padre (la vio en su estreno en cines) y, picado por la curiosidad, me la bajé de Internet hace un tiempo en una versión doblada de calidad regulera, grabada tras su pase por uno de los canales de Vía Digital. Ahora se ha editado en DVD (cosa rara, porque que yo sepa me parece que ni siquiera ha salido a la venta todavía en Estados Unidos) acompañada de un libreto de 32 páginas bastante apañado. Y aunque el objetivo de este blog no es precisamente recomendar películas, si esta vez hago una excepción es porque supongo que a pesar de ser un peliculón, su edición pasará absolutamente desapercibida.