jueves, 24 de mayo de 2007

En una década, muy, muy lejana...


Después de haberme leído no sé cuántas revistas y libros sobre La guerra de las galaxias, pensaba que ya sabía todo lo que podía saberse sobre la película de George Lucas. Pero no. Porque hace poco se ha editado en Estados Unidos The Making of Star Wars, un tochazo de casi 400 páginas en el que, como su título indica, se cuenta con pelos y señales cómo se hizo La guerra... y, lo que es más interesante, cómo estuvo a punto de no hacerse. Cosa que habría podido ocurrir muy fácilmente (además de por otras muchas razones de tipo económico) si por Ej. alguno de los otros dos proyectos que Lucas tenía entonces entre manos, Apocalypse Now y Radioland Murders, hubieran sido aprobados antes por otro estudio.
Al igual que ocurre con los making ofs de los DVD, que siempre merecen más la pena cuantos más años han pasado entre el estreno de la película y su realización (sino es raro que tengan valor documental alguno, y suelen quedarse en sosas piezas promocionales), si este libro se hubiera escrito en 1977 probablemente no sería ni la mitad de interesante. Desde luego, no creo que hablara con tanta franqueza de lo mucho que le costó a Lucas escribir el guión de la película y de lo largos que se le hicieron los meses que dedicó a intentar dar sentido a un batiburillo de ideas que andaron huérfanos de argumento hasta pocos meses antes de empezar el rodaje. Habría que haber visto las caras de los ejecutivos de Fox encargados de aprobar (o no) su financiación, cada vez que recibían uno de los borradores de Lucas, complejos hasta la ilegibilidad, casi imposibles de rodar, y repletos de palabras como “Jedi” “Sith” o “Wookie”, que hoy tan familiares nos resultan, pero que entonces debían sonarles a chino.
Precisamente de lo que he leído hasta ahora (aún no he podido terminarlo) lo que más me ha llamado la atención es lo que pensaba Lucas entonces sobre la escritura de guiones: “Escribiendo te vuelves loco. Te vuelves psicótico. Te pones en tal estado mental y recorres caminos tan raros con tu mente que me extraña que todos los guionistas no acaben internados. Puedes meterte en rollos tan retorcidos con lo que estás pensando que acabas deprimido (…) . Porque no hay pautas, no sabes si lo que estás haciendo es bueno o malo o indiferente. Siempre parece malo cuando lo estás haciendo. Parece horrible. Eso es lo más difícil de superar”.
Pues mira, a lo mejor no estaría mal que todos los productores y directores intentaran hacer como Lucas y escribir alguna vez un guión (me refiero a sentarse del ordenador y teclear, no a dar notas). A lo mejor acababan valorando más nuestro trabajo.