Ayer me llamaron un par de veces para preguntarme si había escrito
Eskalofrío, la nueva película de Isidro Ortiz, porque al parecer, no sé si él u otra persona relacionada con la película, había comentado en alguna parte que “los guionistas de
El espinazo del diablo” habían participado en la elaboración del guión. Pero, si bien es cierto que hace ya unos cuantos años Antonio Trashorras y yo comenzamos a trabajar con Isidro en un proyecto que tras nuestra marcha, y después de pasar por las manos de al menos otros cuatro o cinco guionistas, acabó convirtiéndose en
Eskalofrío, lo que nosotros escribimos no tiene absolutamente nada que ver con lo que finalmente se ha rodado (con deciros que nuestro guión era de vampiros y se llamaba
Sangre…). En realidad, por lo que yo tengo entendido, aunque el guión lo firman tres guionistas aparte del propio Isidro, la aportación más decisiva a la hora de definir la historia de la película la hizo mi amigo Hernán Migoya, como él mismo explica en su
blog.
Actualización: acabo de leer en
El País un artículo en el que Isidro dice que comenzó a escribir
Eskalofrío con nosotros, pero que entonces tenía “un tono más vampiresco”. Insisto: ni por asomo lo que escribimos nosotros tiene algo que ver con lo que se ha rodado salvo alguna característica del protagonista. Para que os hagáis una idea, nuestra historia era una especie de
Jóvenes ocultos sin glamour, una especie de
Siete vírgenes vampírica.