sábado, 27 de septiembre de 2008

URTAIN


Ayer vi en el Centro Dramático Nacional Urtain, la obra de Animalario dirigida por Andrés Lima sobre un texto de Juan Cavestany. Y, sin exagerar, fueron las dos mejores horas que he pasado en un teatro en mi vida. La obra, que cuenta (de forma muy fragmentada y con una estructura “marcha atrás” a lo Memento, sobre un ring de boxeo a modo de escenario) la vida del boxeador Urtain, que se suicidó saltando por una ventana de un décimo piso cuatro días antes del comienzo de los Juegos Olímpicos de Barcelona 92, es un espectáculo que impresiona, divierte, conmueve y en ocasiones incluso llega a sobrecoger.
Por intentar explicarla de alguna manera utilizando referentes cinematográficos, que son los que mejor conozco, Urtain podría ser la obra que hubiera dirigido un imposible ente bicéfalo en el que se mezclaran la sensibilidad bizarra/pesadillesca de David Lynch (solo que con canciones de Raphael en vez de Roy Orbison, pero oye, somos españoles…) con el talento escenográfico y la capacidad para emocionar de Bob Fosse. Y de verdad que creo no estar quedándome corto.
Aunque en su momento el proyecto se anunció como largometraje cinematográfico, creo que lo mejor que puede haberle pasado es que haya acabado siendo esta obra de teatro. Porque mucho me temo que el atrevimiento formal de la obra, y su a veces incómoda mezcla entre humor negro y verdadera emoción, jamás habría sobrevivido a dos o tres reuniones de desarrollo.
Y además, la entrada solo cuesta 15 euros. Que oye, por dos horas de espectáculo no está nada mal.