jueves, 21 de mayo de 2009

Como me gusta Gipi


Hace un momento he terminado de leerme su último álbum, "Mi vida mal dibujada", que acaba de ser publicado en España por Sins entido. Se trata de una historia autobiográfica que, sobre todo, habla de la enfermedad y la muerte. Dicho así lo mismo no dan muchas ganas de leerlo, pero a pesar de que como Gipi dice en el epílogo, entre contar lo bueno o lo malo que le ha pasado, ha preferido quedarse con lo peor, consigue hacerte sentir bien reflexionando sobre asuntos que normalmente te hunden en la miseria. O a lo mejor no es exactamente “bien”, sino menos solo. Al menos ese es el efecto que ha causado en mí. Me gustaría poder escribir algo más sobre "Mi vida mal dibujada", pero ando terminando la versión de rodaje de un guión de largo y no tengo tiempo para nada, así que voy a tener que acabar aquí.
Aunque ahora que lo pienso, puede que, como en este momento mi labor como guionista consiste básicamente en incluir en el guión todo lo que me han pedido el director y los productores, haya disfrutado más que de costumbre leyendo a Gipi. La libertad con la que cuenta su historia, saltando de un episodio a otro de su vida sin tener que justificarlo de ninguna manera y obviando aquellos en los que no le apetece profundizar aunque (así lo explica en una página) a su editor le pareciera que precisamente eran los más interesantes, solo es posible ahora mismo en el cómic y en la literatura. Reconozco que me ha dado envidia. Y eso que yo no me puedo quejar y todo lo que me han pedido tiene sentido y puede que mejore el guión. Pero aún así, a veces apetece pasar de actos, de giros y de lógica, de preocuparse porque el guión pueda ser rodado en el número de semanas de las que se dispone, y permitir que la historia fluya sin ataduras. Creo que es una de las razones por las que aunque se pague mucho peor que el cine o la televisión, nunca se me ha pasado por la cabeza dejar de escribir cómics.