Como he disfrutado leyendo este libro.
En Fargo Rock City, el periodista Chuck Klosterman habla de su adolescencia en un pueblecito de Dakota del Norte durante los años 80, pero sobre todo habla de la música que le apasionaba en aquella época: el “hair metal” que practicaban –y en algún caso todavía lo hacen- grupos como Poison, Mötley Crüe, Skid Row, Ratt, Guns n’ Roses, Def Leppard o Kiss (mítica la portada con la vaca maquillada de Gene Simmons). Klosterman se las arregla para ser divertido a la vez que riguroso y, entre otras muchas cosas, explica muy bien cómo todas aquellas bandas pasaron de vender millones de discos a prácticamente desaparecer tras la llegada del grunge, o porque un chaval de pueblo, homófobo, racista y acomplejado como Axl Rose acabó grabando uno de los (según él, yo no lo tengo tan claro) mejores discos de la historia del rock, Appetite for Destruction.
La lástima es que no tenga más páginas.
Ah, como veis, en la portada hay una cita de Stephen King diciendo que “si amas el rock and roll” te encantará este libro, pero yo no estoy tan seguro. Me da la impresión de que más que el rock and roll, así, en general, lo que hay que haber amado es el heavy ochentero. Por ejemplo, a menudo Klosterman da por supuestos datos que sus lectores sólo pueden conocer si (como yo) alguna vez han llevado pantalones elásticos, o pasa olímpicamente de dedicarle más de un par de líneas a los grupos que no le gustaban de chaval, por muy populares que fueran entonces. Si no sabes ya de quién está hablando cuando menciona a Twisted Sister, Steve Vai o Dio, no sólo no vas a enterarte leyendo Fargo Rock City sino que es probable que no entiendas a cuento de qué viene tanta sorna cada vez que aparecen. Pero, como él mismo explicó en el programa de radio de Dee Snider (el cantante de los Sister, que se quejaba de que apenas los mencionaba): "Este libro no es sobre la historia del heavy metal. Es sobre mi relación con ésta música. Y yo no escuchaba a Twisted Sister (...)".
De momento, Fargo Rock City no ha sido editado en castellano, pero sí que lo está otro de sus libros: Pégate un tiro para sobrevivir (Mondadori), en el que cuenta un viaje suyo por Estados Unidos buscando los lugares donde murieron músicos famosos. Me parece algo más flojo que este, pero aún así también merece la pena.