domingo, 31 de enero de 2010

La importancia de contarlo bien

Paso frente a la salida de una iglesia y escucho esta conversación entre tres mujeres de unos 70 años:

“El otro cura era mucho más entretenido. Contaba historias que le habían pasado a él en Ecuador”.
“Sí, sí, es que era muy ameno. No te aburrías nada”.
“No como este. Que rollo. Lo único que hace es leer”.
“Yo casi me duermo”.

Que haga un curso de guionista ese cura, hombre...