domingo, 29 de abril de 2007
La web de Quart
U... na buena parrafada
De U llegamos a publicar 27 números, y, si la memoria no me falla –escribo de memoria- cambiamos de director tres veces (José Mº Méndez primero, luego Santiago García y finalmente Óscar Palmer), de editor otras tres (Camaleón Ediciones, La Factoría de Ideas y en la última etapa nosotros mismos) y pasamos de conformarnos con sacar un panfletillo fotocopiado y luego de pretender hacer una especie de The Comics Journal a la española, a querer editar con regularidad algo que, por número de páginas, densidad informativa y formato, se parecía más a un libro que a una revista.
Naturalmente, hubo números mejores y peores, pero estoy convencido de que malo, lo que se dice malo, no hubo ninguno.
Y a pesar de que por ejemplo algunas de las cosas que yo escribí en U leídas ahora me dan bastante vergüencilla (¡esa reseña de 300 atribuyéndole a Frank Miller frases de Herodoto!), las entrevistas que les hicimos a más de una docena de autores españoles me siguen pareciendo una lectura imprescindible para cualquiera que tenga interés por su obra. De hecho, alguna vez he pensado que deberíamos escanearlas para que todo aquel que quisiera pudiera bajárselas gratuitamente de Internet. Pero a ver quién tiene tantas horas libres como para escanearse 50 y tantas páginas por número del tirón…
Respecto a lo que decía al principio de esta entrada, aunque ahora, teniendo en cuenta la virulencia con la que se expresan los aficionados al cómic en los foros de Internet, da hasta un poco de risa, lo cierto es que el tono ocasionalmente sobradete y pedante de algunos textos de U no nos hizo caer precisamente caer simpáticos en el mundo de la historieta. Y releyendo estos días algunos artículos, lo cierto es que no me extraña. ¡Que irritantes llegábamos a ser a veces! Sin embargo, aunque reconozco que me dan sudores fríos solo de pensar que uno de mis futuros cómics pueda caer en manos de algún crítico chuleta de 20 y muchos años como era yo hace… bueno… hace un tiempo, me encantaría que ahora se estuviera editando algo como el U. Porque aunque la inmediatez de Internet está muy bien para algunas cosas, en la red (y menos en castellano) no abundan precisamente ni entrevistas realizadas con un mínimo de profundidad ni análisis críticos que vayan más allá de los dos o tres párrafos. Incluso páginas tan trabajadas como Con C de arte (que precisamente lleva un colaborador del U, Pepo Pérez) no pueden ocupar ese hueco.
Pero supongo que tampoco es fácil que ahora se den las condiciones para que una revista como U salga adelante. Ante lo sencillo que resulta colgar una entrada en un blog es difícil pensar que nadie quiera lidiar con una imprenta (y menos aún pagarla); y, acostumbrados a la libertad que proporciona Internet, lógicamente a muchos “revisteros” potenciales les cuesta imaginarse formando parte de proyectos colectivos, donde siempre hay que negociar y pactar para tomar cualquier decisión. Porque a pesar de que desde fuera se nos percibía como una fanática “uni-mente madrizleña”, guiada por consignas irrebatibles, la verdad es que en las reuniones nosotros discutíamos por todo, con entusiasmo y durante horas. Era agotador. Trabajando así, sin cobrar y, a pesar de ello, intentando dar lo mejor de ti mismo y exigiendo ese mismo compromiso a los demás, las tensiones eran inevitables. Y en más de uno salimos de alguna de aquellas reuniones jurando que no íbamos a volver, que el U se había acabado para nosotros. Aunque luego, por supuesto, siempre volvíamos. Supongo que porque, discusiones aparte, también nos reíamos mucho y porque por encima de todo nos sentíamos muy orgullosos de lo que estábamos haciendo.
viernes, 27 de abril de 2007
Una película perfecta
domingo, 22 de abril de 2007
Marías y Babel
miércoles, 18 de abril de 2007
Es un fenómeno
martes, 17 de abril de 2007
HABLANDO CON GUIONISTAS (8)
DAVID MUÑOZ: ¿En qué consiste tu trabajo en Drive exactamente?
ANTONIO TRASHORRAS: Pues tengo reuniones en las cadenas con los responsables de programación y contenidos. Ellos nos transmiten el tipo de productos que buscan en cada momento, ya sea de ficción o entretenimiento. A partir de ahí el trabajo consiste en llevar lo antes posible a esos mismos despachos algún proyecto que encaje con lo que ellos necesitan. Es importante lo de "lo antes posible" porque los huecos de programación de las cadenas varían continuamente y puede ser que lo que necesitaban hace tres meses la próxima vez que te pases por allí lo tengan ya cubierto, o que ya no quieran el tipo de producto que te pidieron, al haber variado por algún motivo el esquema de programación, o la política general de contenidos, o vete tú a saber... En fin, que en ese plazo hay que leer los proyectos que llegan a la productora o pensar conceptos originales para presentar en cada cadena, haciéndolos lo más a la medida posible, claro. No se trata de tirar a ciegas. Pese a todo es muy, muy difícil colocar proyectos. Detallar los motivos requeriría bastante espacio...
DM: ¿Cómo se vive la televisión desde el otro lado, desde la producción? ¿Está todo tan difícil como parece desde fuera?
AT: Se vive digamos que con el mayor pragmatismo posible, cosa de la cual, afortunadamente, yo he andado siempre sobrado. Eso sí, la ausencia absoluta de romanticismo acaba haciendo mella en el motor que significa la ilusión cuando te dedicas a algo creativo. Una de las cosas más desalentadoras es darte cuenta de que sólo tiene sentido desarrollar las cosas que o bien te piden o bien sabes positivamente que tienen hueco en las parrillas de las cadenas aquí y ahora. Las revoluciones no comienzan en las productoras; presentar formatos innovadores o conceptos originales suele dar como resultado unas palmaditas en el hombro y la inevitable respuesta de: "esto no tiene sitio en nuestra parrilla". Y es que son los programadores, y las direcciones de contenidos de las cadenas, las que deciden a priori cómo llenar sus horarios. Si en un momento dado se arriesgan mínimamente es porque un determinado contenido novedoso viene avalado por un éxito llamativo en el extranjero. Aun así, la fragmentación de contenidos, géneros y formatos según las franjas horarias es brutal, tajante. Y los productos que no encajan en las ideas que en este mismísimo momento se manejan en los despachos difícilmente lograr colarse en las programaciones.
DM: Es cierto que tenemos una televisión muy conservadora y derivativa. El único programa que yo ahora recuerdo de (relativo) éxito más o menos "rarito" que se ha estrenado en los últimos años ha sido La hora Chanante, y nunca habría visto la luz si Paramount Comedy (donde las audiencias dan básicamente igual) no hubiera decidido producirlo. Aunque ahora que se ha visto que funciona, sobre todo gracias a YouTube, sí que se ha animado una cadena generalista -aunque sea minoritaria, como la 2- a emitir el nuevo espacio en el que van a comenzar a trabajar pronto los "chanantes". ¿A qué crees que se debe tanto reparo a la hora de probar cosas nuevas? Total, luego solo funciona un programa de cada diez, y la hostia se la pega igual un formato clónico que otro más original.
AT: La clave de prácticamente todo lo que se produce, no sólo para televisión sino incluso para cine, la tienen los programadores y la gente responsable de contenidos de las cadenas. Ellos impulsan según qué proyectos en función de sus intereses. Y hay que tener en cuenta un factor muy importante: el miedo de los ejecutivos a cometer errores que puedan perjudicar sus carreras. Apostar por un material a priori distinto -y por distinto considero cualquier cosa que en ese momento se salga de los patrones impuestos por la propia parrilla de su cadena-, requiere un aplomo y una valentía muy grande por parte de unos profesionales que como cualquier hijo de vecino primero intentan conservar sus empleos, y, segundo, a ser posible, ganar prestigio dentro de la empresa y acaparar mayores responsabilidades en el organigrama. Por ello es casi imposible que un ejecutivo televisivo apoye desde la empatía creativa cualquier proyecto “diferente”, ya que siempre preferirán apoyar materiales que aunque terminen fracasando, al menos cuentan con el cinturón de seguridad de haber funcionado previamente en otras épocas, otras cadenas, otros países, etc. No es una industria que favorezca la figura del visionario, no. Se contempla mejor al que a la postre fracasa con algo previamente testado (al fin y al cabo parecía sensata la decisión de apoyar algo que "podía" funcionar) que aquel que se hunde tras haber generado algo novedoso (siempre dirán de él que sus ideas estaban destinadas al fracaso y se le tachará de imprudente).
DM: Una de las fantasías de todos los guionistas es hacerse productor, para tener de una vez el control sobre su trabajo. Pero me da que eso no es ni mucho menos así, que a la hora de la verdad el productor también sufre lo suyo. A lo mejor nos vendría bien a todos ser productores una temporada para entender según qué cosas... ¿ha cambiado tu opinión sobre la labor de los productores desde que ejerces como tal?
AT: Yo creo que, en general, a los guionistas les vendría bien de vez en cuando salir de su pequeño mundo de ideas y palabras, y enfrentarse a la crudeza del mundo real de la dirección y/o la producción. La típica reunión entre guionistas suele acabar en la narración de las inevitables batallitas individuales sufridas por cada uno por culpa de tanto director ególatra, despótico y/o gandul, y tanto productor sinvergüenza, mentiroso e inculto. Bien, aceptemos que buena parte de los integrantes de dichos gremios responden a esos retratos tan poco favorecedores, pero también es cierto que a veces también te encuentras directores y productores realmente valiosos, honestos, comprensivos y leídos que, pese a todo, por los crueles mecanismos de la industria a la que nos dedicamos, terminan por convertirse en enemigos-puteadores del guionista... POR QUE NO HAY MÁS REMEDIO. Salir del estrecho reducto del guión y acceder a la información que se maneja en el mayor número de departamentos posibles implicados en la producción de una obra audiovisual enriquece muchísimo. Lo ideal sería que los guionistas se acercarán más al mundo, los problemas y las rutinas no sólo de directores y productores, sino también de actores e incluso, que demonios, de técnicos concretos, como los operadores. El tener una nueva generación de guionistas que sepan mucho más de las obras audiovisuales como un fenómeno global, más allá de sus páginas llenas de personajes y acontecimientos imaginados, que pisen con más conocimiento las arenas movedizas de la producción, creo que no puede sino enriquecer las futuras obras, además de convertirlos en personas menos ensimismadas. Con todo, ojo, eso no quiere decir que no siga pensando en el guionista como en el eslabón económicamente más débil e injustamente tratado en términos de empatía creativa de todo el proceso. Y tampoco vendría nada mal que esa ampliación de conocimientos se produjera no sólo entre los guionistas sino entre los demás, y ver a los directores realizando sin vergüenza cursillos de guión (¡qué falta les hace a tantos!) o de dirección de actores, a los productores leyendo más y reuniéndose menos, etc., etc.
lunes, 16 de abril de 2007
El gabinete de los 300
Una aclaración: al igual que otros críticos de entonces, Ezra Pound consideraba erróneamente a Caligari cubista y no expresionista.
“Sin embargo, la controversia crítica acerca de Caligari no amainó, y no todos los comentaristas se mostraron de acuerdo con el punto de vista expuesto por la revista cinematográfica Shadowland, ampliamente aceptado, de que Caligari “posee la auténtica emoción y conmoción del arte”. Dos años más tarde, Ezra Pound seguía quejándose de Caligari. Su argumentación era que una película debería ser “esencialmente cinematográfica y no un mero travestismo o degradación de otro arte”, y veía el film como una prueba más de “la debilitación de la mente popular”. Pound escribió que Caligari “ha plagiado sus efectos visuales, con pusilánimes impertinencias”, para luego acabar afirmando: “Esta película no es cubismo; representa los delirios etcétera…”. Precisamente, delirios que no podrían haberse desarrollado sin el trabajo previo de los nuevos artistas”.
viernes, 13 de abril de 2007
Próximo estreno
Estas son las primeras fotos que he encontrado en Internet de Los Totenwackers, una película basada en una historia original mía y de Antonio Trashorras (sí, esta es la que, como expliqué en la entrada anterior, no vamos a firmar como guionistas). Además, esta misma mañana me he enterado de que están poniendo el trailer con la última de Disney, Descubriendo a los Robinsons. La verdad es que tiene muy buena pinta. No es la película que nosotros queríamos hacer (empezando por el título), pero eso no quiere decir que no vaya a estar bien. Quién sabe. Al fin y al cabo yo también decía por ahí debajo que aunque su director y guionista Brian Helgeland reniega de ella y hubiera preferido no firmarla, Payback es una de mis películas favoritas.
Más información en esta página.
martes, 10 de abril de 2007
Una entrevista muy interesante con...
De todas maneras, en general, lo normal es firmar el guión o la dirección aún sabiendo que aquello poco tiene que ver con lo que tenías en mente cuando aceptaste participar en el proyecto. Como dice Helgeland, renunciar a un crédito puede tener consecuencias negativas para tu carrera (te da imagen de guionista problemático, que no sabe trabajar “en equipo”) y suele salir más a cuenta tragar que ponerse farruco. Aún así, a veces no queda otra. Recientemente, yo he decidido renunciar a mi crédito como guionista de un largometraje que se estrenará próximamente, optando por quedarme únicamente con el de autor de la historia original. Pero de eso ya hablaré en una entrada futura.
lunes, 9 de abril de 2007
Anunciando Quart
Una recomendación
miércoles, 4 de abril de 2007
Algunos links
El guionista Steven Grant habla sobre cómo afectan las descargas a las ventas de cómics en Estados Unidos.
lunes, 2 de abril de 2007
Cómicos
El "obrero" de la gorra amarilla es Pepón, cómico y guionista de NST, y el de la gorra verde es Dani Mateo, el presentador del programa.